Qué cerca estuvo Ferrari de tener que ver cómo sus dos coches tenían un accidente. Que lo tenían en Mónaco. Que lo tenían... en los Libres 2 de Mónaco. Sí, porque en la segunda sesión de ensayos, y con Carlos Sainz en vuelta rápida, Charles Leclercestaba justo en medio de la trazada y menos mal que el madrileño frenó a tiempo.

Menos mal que lo hizo. Menos mal que levantó. Porque, por alguna razón que no se llega a entender, se encontró a Leclerc de frente. Se encontró a su propio compañero de equipo justo delante. Sí, a saber si hubo o no aviso de Ferrari, pero viendo cómo fue todo...

Viendo cómo fue lo normal es que no. Porque de haber sido así Leclerc no habría estado donde estaba y Sainz habría estado prevenido. En Mónaco, cosas como estas, no salen precisamente baratas...

Porque en Mónaco todo es bastante más estrecho. Porque aquí lo de adelantar es complicado. Y porque todo lo que sea tener un mal sábado equivale, salvo milagro, a tener un mal domingo.

Fernando Alonso, por ejemplo, lo sabe. Lo sabe y por eso el tremendo cabreo que mostró por radio cuando le pasó lo mismo que a Sainz. Cuando vio a Sergio Pérez en vuelta lenta cuando él iba a por tiempo.

Pero lo de Ferrari... Lo de Ferrari pasó entre los dos pilotos del mismo equipo. Y de no haber sido por la rapidez de Sainz para levantar el pie a saber qué habría pasado.

Carlos fue el más rápido de la primera sesión de Libres, con un coche que, como siempre, va perfecto en tanda corta.