Saltaron chispas en el Gran Premio de Mónaco de 2001 en el equipo Benetton, que acababa de dejar marchar a Michael Schumacher. Allí corría un jovencísimo Jenson Button a las órdenes de Flavio Briatore.
El inglés terminó en séptima posición y su rendimiento no gustó nada a su ingeniero jefe. Lo ha contado en el podcast 'High Performance': "Entró y dijo: '¡Oh, pensé que estabas cuidando tu piso!'. ¡Y mis manos estaban sangrando!".
"Eso sí que dolió, que tu propio jefe, que se suponía que te cuidaba, dijera algo así a la prensa. Por supuesto, la prensa se dio cuenta inmediatamente y eso duró para siempre", ha relatado Button.
"Con Flavio no podías sentarte y hablar. Hubiera necesitado que otras personas del equipo me apoyaran, pero desgraciadamente eso no ocurrió", ha explicado.
"Me dolió porque yo tampoco soy un tipo duro. Soy más emocional. Lo pasé muy mal y lo mejor que me pudo pasar fue dejar el equipo", ha detallado.
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Cree Button que la influencia de Schumacher fue clave para la exigencia: "El equipo había ganado mucho en el pasado con Michael Schumacher, y pensaban que eran los mejores y que de todas formas el chaval, yo, era un vividor, porque lo decía el propio Flavio".