Bill Phillipps, exárbitro de boxeo, ha denunciado en 'The Times' varios intentos de sobornos con prostitutas que le han hecho a lo largo de su carrera. Con el boxeo en duda en cuanto a su futuro olímpico, el colegiado señala que en las clasificatorias para Pekín 2008 le sobornaron con dos mujeres.
"El boxeo ha sido corrupto desde que comencé", afirma, poniendo de ejemplo lo que le sucedió en la habitación de un hotel de Kazajistán.
Ahí recibió una oferta para que amañase los combates: "Abrí la puerta y había una chica joven deslumbrante. Me dijo que había venido a hacerme compañía. Dije que no y se fue".
"Pero más tarde otras dos llamaron a mi puerta. Me reí, dije que si no podía con una con dos ya mucho menos", relata Phillipps.
Y sigue: "Al día siguiente me preguntaron si no me gustaban las mujeres. Las amo, pero estaba casado. Lo he estado 48 años de manera feliz. Le pregunté si era un soborno. Yo no necesito esa basura".
En ese mismo torneo le pasó algo igual: "Se me acercó un entrenador. Rechacé hablar con él, pero al volver en la habitación tenía 500 dólares. No supe qué hacer, y se lo regalé a unas personas que vi en la calle".
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"Me dijeron que iban a celebrar una cena. Había vodka, comida y carne. De repente había muchas mujeres desnudas. No diré qué pasó con los demás tras irme...", sentencia.
Caso Rubiales
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La Guardia Civil recoge en un informe que el expresidente de la Federación Española de Fútbol estaría dentro de una trama en la que la constructoria Gruconsa realizaba "pagos mensuales" a la sociedad Dismatec.