Apareció Tchouameni. Apareció ese típico disparo desde fuera del área. Apareció para dar la victoria al Real Madrid. Lo hizo justo a tiempo. Lo hizo en un partido trampa. En un partido duro. De esos en los que se ganan los títulos. Porque Mallorca no es plaza fácil. Porque el equipo de Aguirre es una roca. Porque los baleares, finalistas de Copa del Rey, plantearon un encuentro que por poco no le cuesta un susto al cuadro de Carlo Ancelotti.
Y es que la primera parte fue un buen tostón. Sin ideas. Sin claridad. Sin fluidez. Tan solo ese disparo de Bellingham directo al larguero puso algo de picante a un acto que poco más tuvo. Que poco más hizo para decepción del aficionado. Que daba crédito al plan del Mallorca.
El de esperar su oportunidad. Su ocasión. Su chance. Esa era su idea. Eso era lo que buscaba. Sí, pero no. No salió. Y no lo hizo porque en cuanto comenzó la segunda parte apareció Aureliene Tchouameni.
Desde casi 30 metros... y gol
Desde lejos. Desde más allá de la media luna del área de Rajkovic. Desde ahí apareció el galo. Derechazo, y a la red. Ni se movió el arquero balear. Quizá por el arco que hizo. Quizá porque pudo dar en Morlanes. Quizá porque, directamente, le sorprendió que Tchouameni tratara de hacer lo único que parecía poder hacer el Real Madrid para superar, para quebrar, el muro mallorquín.
No cambió el plan el Mallorca. No cambió su idea. Si, ya iban por detrás en el marcador, pero iba a ser uno y no más. Iba a ser eso y se acabó. Se acabó porque seguían buscando marcar con lo que pudieran. Con lo que tuvieran. Y sí, tuvieron una. Una que por poco no acabó en gol.
Darder, desde fuera, se sacó un voleón que iba directo a las mallas. Ahí que iba, pero llegó Lunin. Llegó el ucraniano. Llegó para volar y evitar lo que habría supuesto el 1-1.
Próxima parada: el Barça
Tres puntos garantizaron entre el Tchouameni y Lunin. Tres puntos para continuar con paso firme hacia el título de LaLiga que puede vivir un capítulo definitivo con El Clásico de la próxima jornada ante el Barça. Ahí todo puede quedar visto para sentencia... o no.