El Atlético ha renacido. Tras el desastre ante el Levante en el Metropolitano, desastre que prácticamente nadie esperaba, y después de cinco partidos consecutivos encajando, los rojiblancos han saboreado un triunfo de esos que suben la moral cuando más se necesitaba al ganar a Osasuna por 0-3, con un Joao Félix que sale de El Sadar con un gol y una asistencia.
Que sale reforzado, tras semanas, incluso meses, puesto en duda tanto por la regularidad de su juego como por su implicación. De su calidad poco se puede decir, pero el luso necesita días como este, y ante equipos importantes.
Necesita creérselo, y sentir que puede. Sentirse importante en un proyecto en el que él también debe tener fe. Ante Osasuna, su labor fue clave para dar los tres puntos al Atleti.
Porque participó en dos de los tres tantos de los del Cholo. El primero, obra suya ante su rival predilecto en LaLiga. Fue en una acción a balón parado, con un Luis Suárez activo, que terminó en las redes de Sergio Herrera.
El arquero salió mal, como también salió mal en el segundo tanto del Atleti. En este caso los papeles se cambiaron y fue Suárez el goleador y Joao el que hizo posible el tanto.
El 7, desde prácticamente su área, vio bien el desmarque del charrúa y se la puso perfecta. En carrera, botando. Sí, pero luego hay que clavarla con la zurda dando el efecto perfecto ante otra mala salida del meta de Osasuna.
Correa hizo el tercero para dar más tranquilidad a un Atlético que además cerró el partido sin recibir un solo gol.
Lo que antes no era noticia ahora sí lo es, pues desde el 2 de enero, en LaLiga, han recibido al menos un tanto en todos los partidos. En algunos, incluso tres o más.
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