En esta ocasión fue el conjunto turco el encargado de derrotar al equipo de Mourinho, que está firmando un primer tramo de curso irregular.

En Europa League, a la derrota ante el Fenerbahçe, se une la que sufrió contra el Feyenoord (1-0). En total, de 17 partidos disputados, el Manchester de la era Mourinho ha ganado 9, empatado 3 y perdido 5. Unas cifras flojas para un entrenador que aspira a ganar títulos importantes al frente de la entidad inglesa.

Ante el Fenerbahçe, Mourinho de inicio hizo tres cambios respecto al anterior tropiezo contra el Burnley. Sacrificó a Zlatan Ibrahimovic, a Juan Mata, ambos en el banquillo, y no citó a Jesse Lingard. Sus sustitutos, Wayne Rooney, Anthony Martial y Morgan Schneiderlin no aportaron nada nuevo al habitual juego previsible del Manchester en el presente curso.

Además, no ayudó nada a los diablos rojos el golazo que marcó en el segundo minuto del partido el senegalés Moussa Sow, que batió a David de Gea con una chilena espectacular tras un centro desde la banda izquierda de su compañero Hasan Ali Kaldirim.

Antes del descanso la desgracia para el Manchester volvió a aparecer, esta vez en forma de lesión, con los problemas del francés Paul Pogba, que tuvo que retirarse del terreno de juego antes de tiempo. Fue sustituido por Ibrahimovic, que no a lo largo del partido apenas aportó algún detalle técnico estéril.

Con el 1-0 al descanso, los hombres de Mourinho dominaron el choque tras la reanudación. Sin embargo, chocaron contra el buen muro defensivo plantado por el Fenerbahce, que a media hora para el final aprovechó una falta para subir el definitivo 2-0 al marcador.

Lo consiguió el holandés Jeremain Lens, que con un lanzamiento de falta espectacular provocó la estatua de David de Gea. El portero español sólo pudo admirar la obra de arte de su rival y aplaudir desde el silencio el golazo que selló la quinta derrota de la temporada para el Manchester United de José Mourinho edulcorada con el tanto estéril al final de Rooney.