Once años han pasado desde que España levantase la Eurocopa. Fue en 2012. En un año que vio a los pupilos de Vicente del Bosque exhibirse ante Italia. Exhibirse con goleada para sumar, hasta ahora, el último tíulo de la Selección. Sí, hasta ahora, porque después de la final perdida ante Francia en esta ocasión no han fallado contra Croacia.

Ni ante Italia, batiendo al equipo de Mancini gracias a un gol in extremis de Joselu. Contra los de Modric, más complicado. Más difícil. Más duro. Más sufrido. Porque los arlequinados llevaron el encuentro a la prórroga. Un encuentro soso. Sin demasiada historia. Sin mucha chicha en un duelo de inmenso respeto.

Hasta el minuto 70, los disparos de España se contaban con un buen rosco. Cero. Ni una sola parada de Livakovic. Y es que hasta el 84 no llegó la primera gran ocasión de España.

Fue de Ansu Fati, que ya celebraba el gol cuando Perisic salvó el tanto en la misma línea. Y de ahí a la prórroga, una en la que poco se jugó y en la que tampoco hubo ocasiones claras.

Estaba claro que serían los penaltis los que dictasen sentencia. Y sí, así fue. No fallaba nadie, hasta que Majer marró el suyo con una gran intervención de Unai Simón.

Sin embargo, Laporte falló el quinto para ir al desempate desde los once metros. Petkovic no acertó, y Carvajal decidió a lo Sergio Ramos.

Con un panenka, España vuelve a sumar un título que bien sirve para dar moral... pero que no debe ocultar el hecho de los cero tiros a puerta hasta el minuto 84.