"Me da miedo hablar de ello": así, con mirada perdida, titubeante y con los ojos vidriosos le ha contado Dele Alli su historia al exfutbolista Gary Neville en 'The Overlap'.

El centrocampista inglés fue uno de los jugadores más pretendidos por los grandes europeos hace un lustro, pero cuando mejor estaba entró en una espiral negativa que ha acabado en un centro de rehabilitación.

Sin embargo, su escalofriante relato arranca en su infancia, cuando sufrió abusos sexuales, comenzó a fumar y llegó a vender drogas hasta acabar colgado de un puente por un hombre.

"A los seis años, abusó sexualmente de mí un amigo de mi madre, que estaba mucho en la casa. Mi mamá era alcohólica. Me enviaron a África para aprender disciplina y luego me enviaron de regreso", explica.

"A los siete, empecé a fumar; a los ocho, empecé a traficar con drogas. Una persona mayor me dijo que no detendrían a un niño en una bicicleta, así que anduve con mi pelota de fútbol, y luego debajo llevaba las drogas. A los once, me colgaron de un puente. Fue un tipo del vecindario de al lado, un hombre", cuenta.

En ese momento, fue adoptado por una familia y su suerte comenzó a cambiar: "A los doce, me adoptaron. Una familia increíble, no podría haber pedido mejores personas para hacer lo que hicieron por mí. Si Dios creó a las personas, fueron ellas".

Alli creció, se convirtió en futbolista y alcanzó el éxito, pero cuando estaba en la cima parecía que nada tenía sentido.

"Una mañana me levanté y tenía que ir a entrenar. Recuerdo que me miré al espejo y me pregunté si podía retirarme ya. Con 24 años. Haciendo lo que me gusta. Para mí fue desgarrador. Siempre he sido yo contra mí mismo en todo", señala Delle.

Aquello ocurrió cuando militaba en las filas del Tottenham Hotspur, club del que terminó saliendo en 2022 rumbo al Everton para jugar esta temporada en el Besiktas turco.

Entonces, ya era adicto a los somníferos: "Cuando volví de Turquía y me enteré de que necesitaba una operación, estaba muy mal mentalmente y decidí ir a un centro de rehabilitación de salud mental. Tratan adicciones y traumas. Sentí que era mi momento. No te pueden decir que vayas, tienes que saberlo y tomar la decisión tú mismo o no funcionará".

Ahora, rehabilitado, Alli se ha armado de valentía para contar su historia y, una vez más, dar voz a la necesidad de naturalizar la salud mental entre los deportistas. Bravo, Dele.