Murtaza, el niño refugiado afgano que se fotografió con una camiseta de Messi hecha con una bolsa de plástico, vive un calvario desde que conoció al jugador del Barcelona.

La fotografía de Murtaza con la camiseta de Messi dio la vuelta al mundo, lo que llegó hasta el futbolista argentino. El jugador y el pequeño se encontraron y desde entonces vive una pesadilla: su madre cuenta que los talibanes afirman que "si lo atrapan lo cortarán en pedazos".

Muchos creen que dio dinero a su familia y tratan de capturarle. Todo ello en mitad de una guerra que les obligó a huir y dejar atrás los regalos de Messi.