La NBA ha contactado con las autoridades estadounidenses para analizar el posible impacto en la liga del decreto sobre inmigración aprobado por el presidente del país, Donald Trump. "Hemos contactado con el Departamento de Estado y estamos en proceso de recabar información para entender cómo esta orden ejecutiva se aplicaría a jugadores de nuestra liga que son de uno de los países afectados", señaló en un comunicado emitido a última hora el portavoz Mike Bass.

El portavoz recordó que la NBA es una competición "global" y dijo que está "orgullosa de atraer a los mejores jugadores de todo el mundo". Dos jugadores de la liga -Thon Maker, de los Milwaukee Bucks, y Luol Deng, de Los Angeles Lakers- son originarios de Sudán, uno de los siete países afectados por las medidas de la Casa Blanca. Maker jugó en la ciudad canadiense de Toronto y pudo regresar a EE.UU. sin incidentes aunque ese día comenzó a aplicarse ya la orden ejecutiva, según informó su equipo.

Además de jugadores potencialmente afectados, la liga mantiene un programa llamado Baloncesto Sin Fronteras, que identifica talentos en el extranjero y que ha facilitado por ejemplo a jóvenes sudaneses permisos para jugar en institutos y universidades de EE.UU. La orden de Trump suspende durante 90 días la concesión de visados y prohíbe la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen hasta que se adopten nuevos procesos de escrutinio, al tiempo que frena todas las acogidas de refugiados durante 120 días y las de sirios de forma indefinida.