Nuevos vídeos del accidente mortal el rodaje de la película 'Rust' difundidos por la Policía de Nuevo México muestran el momento en el que le comunicaron al actor Alec Baldwin que el disparo que alcanzó a la directora de fotografía Halyna Hutchins acabó con su vida.
"Tengo muy malas noticias que contarle", le dijo la mujer que se encontraba en la sala de interrogatorios. "Ella no lo ha conseguido", le dijo seguidamente, a lo que el actor respondió conmovido con un "¡No!".
Las autoridades también han sacado a la luz un vídeo en el que se puede ver al actor Alec Baldwin ensayando con el revolver que acabó con la vida de Hutchins, así como los instantes posteriores al fatal accidente, cuando los servicios de emergencias trataban de salvar la vida a la victima.
La oficina del 'sheriff' de Santa Fe (capital de Nuevo México), también ha publicado imágenes del actor hablando con un oficial instantes después del disparo mortal. "Soy la persona que tenía el arma en la escena", aseguró Baldwin, que se encontraba fuera del edificio del rodaje.
"¿Estás bien?", le preguntó el agente, a lo que Baldwin no dudó en responder tajante: "No, en realidad no lo soy".
Tras esa breve charla, el oficial le explicó al actor que debería ir a la oficina del alguacil para una entrevista. En un video de más de 20 minutos, se ve a Baldwin hablando con los oficiales. El actor contó que hizo algunas tomas antes de disparar, y señaló que todas las veces asumió que se trataba de un "arma fría" para el ensayo.
"Saco el arma lentamente. Me giro y pongo la pistola en posición de disparo. ¡Bang! Hutchins golpea el suelo. Souza (Director del filme herido) cae al suelo gritando. Es como... 'Jesucristo'", señaló el actor en ese interrogatorio.
"Se supone que es un arma fría... Esto es un rompecabezas para mí... Esto me está emocionando mucho", apuntó Baldwin ante los oficiales.
Lo cuenta Leila Guerriero, autora de 'La dificultad del fantasma'
Por qué Truman Capote se trasladó a "una parte algo rara de España" para escribir 'A sangre fría'
El municipio de Palamós, en la Costa Brava, sirvió de refugio al escritor durante la elaboración de su novela sobre el terrible asesinato de la familia Clutter.