Las excavadoras están en marcha en la Plaza de España de Madrid, pero el plan de ruta ha cambiado. La causa es que, a escasos metros del Palacio Real, aparecieron unos ladrillos que hicieron a los arqueólogos sospechar de que se podía tratar de las reales caballerizas de Felipe II.

Aun así, no se conocida con exactitud qué eran esas ruinas, ya que los mapas del siglo XVIII no están hechos a escala. Sí era conocido que por la zona se encontraba el Palacio de Godoy, pero no ha sido hasta que ha avanzado la excavación cuando los arqueólogos han podido saber qué estaban desenterrando.

Esther Andreu, directora de excavaciones, ha asegurado que se está sacando "esa parte del palacio en la que están apareciendo los sótanos".

El palacio de Godoy, también conocido como del Marqués de Grimaldi, se construyó en el siglo XVIII por Sabatini, igual que el Palacio Real. Por aquel entonces la calle Bailén era mucho más estrecha y las reales caballerizas se encontraban frente al palacio. Así, cuando en 1930 se ensanchó la calle, se demolieron las caballerizas y un tercio del palacio.

Ahora, esos restos están saliendo a la luz. Un ejemplo de ello son las ruinas de un gasómetro, el corazón energético del palacio, que tal y como ha explicado Andreu serviría "para iluminar todo el palacio de Godoy y algunas de las dependencias de ministerios que había en lo que ahora son edificios del Senado". Porque aunque Madrid haya ido cambiando, su pasado aún es tangible bajo el suelo.