Ante el aforo completo del WiZink Center de la capital, Bruno Mars ha ofrecido una demostración de poder que escenográficamente ha jugado con todos los colores del espectro, pero que en lo musical ha reivindicado el negro, con Prince en la memoria.

Soul, funk, r&b y hip hop se han aliado en una fiesta colectiva sin apenas respiro que multiplica por tres los medios y elementos de su anterior tour y que resulta en una apoteosis veloz y apabullante.

Ya lo avisaban los mensajes con los que ha arrancado la primera canción, 'Finesse': "It's bout to get hot and sweaty", es decir, "se trata de calentarse y de sudar", misión conseguida con un pabellón que prácticamente no se ha sentado en la hora y media de espectáculo.

La primera mitad de "24K Magic World Tour" lo protagoniza casi por entero el disco que le da nombre, un álbum más decididamente funky y con menos concesiones al pop.

Niños, modernos con chupa de cuerpo y clásicos con zapato castellano han confluido en el mismo espacio para disfrutar de su última apuesta junto a 'The Hooligans', una banda que incluye sección de viento y que canta, toca y baila casi con la misma energía que su estrella todoterreno.

Habrá quien se haya quejado de un repertorio en el que no han sonado ni 'Billionaire', ni 'Gorilla', 'Moonshine' o 'The Lazy Song', o de que el único tema pendiente de su último disco haya sido aquel que él mismo señaló como el mejor que había escrito jamás: 'Too good to say goodbye'.

Entre las que sí han sonado cabe destacar el homenaje a Prince que constituye 'Calling All My Lovelies', con sus ramalazos psicodélicos, así como 'Versace on the Floor'.

Tras unas versiones de 'Marry You' y 'Runaway Baby' hiperaceleradas, Mars ha vuelto a concentrar suspiros con la romántica 'When I Was Your Man' en un derroche vocal, a tiempo para convertir 'Grenade', con la guitarra eléctrica al cuello, en una invocación del metal ochentero a lo Europe.

La infalible triada final ha corrido a cargo de 'Locked Out of Heaven', la optimista 'Just the Way You Are' y su exitoso 'Uptown Funk', que han puesto al público de Madrid a batir palmas en honor de un astro cada vez más rutilante.