El 13 de octubre de 1972, viernes, el Fairchild FH-227D, un vuelo chárter que el día anterior había partido de Montevideo a Santiago, se estrelló en la cordillera de los Andes. De las 45 personas que iban a bordo de la aeronave entre tripulación y pasajeros, 29 sobrevivieron al siniestro en el conocido como 'valle de lágrimas' y tan solo 16 lograron aguantar con vida cuando, más de dos meses después, el 23 de diciembre, fueron rescatados.

Aquella tragedia, que fue haciéndose conocida mundialmente con el paso de los años, ha dado pie en 2023 a la última película del cineasta español J.A. Bayona. 'La sociedad de la nieve', largometraje basado en el libro de título homónimo y escrito por el uruguayo Pablo Vierci, retrata a la perfección cómo ese grupo de personas vivió atrapado en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, obligados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida .

De ello ha dado fe Roberto Canessa, uno de los supervivientes de la mencionada tragedia. Este miércoles, concedió una entrevista al programa 'El Larguero' de la Cadena SER para valorar la película y recordar cómo logró salvarse tras una de las catástrofes más impactantes que nos ha dejado la historia reciente. "Al ver la película vi cosas diferentes a lo que yo había vivido en la montaña. Hay muchas cosas que no me enteré porque estaba caminando en la montaña", ha explicado, médico cardiólogo.

Junto a Fernando Parrado, Canessa fue uno de los dos supervivientes que cruzó la cordillera hasta dar con un arriero al que pudieron pedir ayuda, más de dos meses después del accidente, para ser por fin rescatados. Previamente, y durante ese trayecto, tanto ellos como el resto de superviviente fueron sometidos a las condiciones más duras: "Lo fascinante de la historia es que la gente piensa que lo más terrible fue tener que comerse a los muertos. Hay una manera de ver la historia de los de afuera, y otra de los que éramos la Sociedad de la Nieve".

Sentimos la pobreza más profunda que puede tener un ser humano"

"Cuando se moría alguien, no solo te daba lástima por él, también te daba lástima por ti, porque eras el próximo de la lista de espera. Toda esta metamorfosis que tuvimos que hacer para transformarnos en supervivientes de los más pobres del universo…", ha rememorado en esa entrevista en la SER el profesional sanitario, haciendo un símil con la situación de los recolectores: "Ellos comen lo que van encontrando, pero ahí no había nada que encontrar. Sentimos la pobreza más profunda que puede tener un ser humano".

Asimismo, el estreno de esta película sirvió para dejar atrás el distanciamiento entre algunos de los sobrevivientes, según ha destacado por otro lado Eduardo Strauch, otro de los 16 uruguayos que vivió 72 días en la cordillera. "La mayor virtud de la película es que ha vuelto a unirnos y a hacernos encontrar a las familias de los que iban en ese avión, que hubo una especie de grieta, hasta ahora, que se fue acomodando con el tiempo pero quedaban distanciamientos", ha expuesto Strauch este martes en una conferencia en la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, oeste de México.

El telegrama del papa

Strauch ha recordado que al regresar a Montevideo, tras el rescate por las autoridades chilenas, quiso ir a consolar a la madre de Marcelo Pérez del Castillo, capitán del equipo de rugby que viajaba a Chile para una competición y que murió bajo la nieve, pero ella no quiso recibirlo: "Fue muy doloroso, al llegar a Montevideo pensaba ir corriendo a la casa de Marcelo a abrazar a la madre, que nos adorábamos mutuamente y no me quiso ver nunca más, no soportaba la idea de verme sin Marcelo al lado".

"Cuando se estrenó la película, la hermana de Marcelo apareció, nos dimos un abrazo y tomamos la relación de hace 50 años", ha celebrado Strauch. Este superviviente fue uno de los que alentó a los demás para ingerir la carne de los cadáveres para lograr mantenerse con vida y aseguró que desde el momento que asumió que sería necesario para salir de la cordillera con vida, no volvió a sentir culpa.

Así, ha rememorado que después del rescate les llegó un telegrama del Papa Pablo VI en el que exaltaba el valor de la vida, sin juzgar lo que los jóvenes hicieron para sobrevivir y muchos medios de comunicación consideraron como canibalismo. "Mucha gente sufrió mucho, de nosotros las familias, muchos estaban esperando lo que nos dijera el Papa, que mandó un telegrama diciendo que estaba bien lo que habíamos hecho; si hubiera dicho que habíamos actuado mal, no me hubiera afectado en nada, tenía mi conciencia totalmente tranquila, estaba vivo", ha concluido.