Por tanto, no nos equivocamos si lo consideramos un libro político. Pero el lector notará en cuanto empiece a leer que Gonzo tiene cierta vena literaria y no duda en apoyarse en la ficción literaria o audiovisual como metáfora para entrar en materia en uno u otro capítulo.

Portada del libro '¡Todo por mi país!'

La corrupción está muy presente, como en la vida misma, pero no se trata de una denuncia de la corrupción, sino del tartufismo, de la hipocresía de próceres y proceresas, corruptos o no; luego el libro humorístico escrito en serio, el ensayo político sólidamente documentado, la obra periodística entreverada de ficción, es también un gran reportaje sociológico, por momentos costumbrista. 

'¡Todo por mi país! es, sobre todo, información
Sea cual sea el género, el formato o el método, '¡Todo por mi país!' es principalmente, como cumple hacer a un periodista de raza, una obra informativa. Con su ironía galaica, la mentalidad de izquierdas que ni esconde ni anula lo que su profesión exige, Gonzo desvela en estas páginas trepidantes la verdadera personalidad de un montón de personajes públicos que proclaman haber nacido para servirnos.

¿De verdad son lo que dicen ser? ¿Son sacrificados servidores públicos? ¿Trabajan por nuestro bien desde la cuna? No solo los ve a diario en la calle, en la inauguración, en la rueda de prensa. Gonzo ha investigado sus biografías, ha buceado en sus andanzas, ha estudiado sus orígenes. 

En '¡Todo por mi país!' nos cuenta la prodigiosa vida del hombre lobby, máquina de cerrar negocios cuando hay luna llena y cuando no la hay; del nuevo Yoda, que guardó la fuerza en Andorra; del inventor de aeropuertos para personas; de la hija del represaliado imaginario; de la heroína liberal a la que una maldición rodeó de corruptos; del líder revolucionario que enarboló la hoz, el martillo y la visa; de la numerosa tropa, en fin, que viene y va sin el más leve mareo del escaño al consejo y del consejo al escaño por las puertas que giran, siempre bien engrasadas y no precisamente con aceite.

Infinidad de esforzados paladines de nuestro bienestar se someten en las páginas de '¡Todo por mi país!' al más temible detector de mentiras, un polígrafo de carne y hueso llamado Fernando González Gonzo.

Este libro tan especial, que se abre con una de las más sabias reflexiones de Castelao, as sardiñas volverían se os gobernos quixesen, es una galería de retratos, y tiene como protagonistas a un puñado de raptores de sardinas. Esperanza Aguirre, José Bono, Manuel Chaves, Carlos Fabra o José Antonio Monago son algunos de los protagonistas de la obra de Gonzo.