Su luz, el mediterráneo y sus pueblos... no es de extrañar que la Costa Brava se convirtiese en un lugar de peregrinaje para los artistas más importantes del siglo XX.

Fue en Cadaqués donde Picasso dio un paso más allá en el desarrollo del cubismo. En el verano de 1910 el artista alquiló una casa en la localidad. Acudió invitado por la familia Pichot que, asentada en Cadaqués, convirtieron el pueblo en un lugar de paso para artistas.

Pero el que verdaderamente situó la Costa Brava en el plano internacional fue Dalí. Desde Figueres a Portlligat, en la obra del pintor se aprecian las formaciones rocosas de estos pueblos. Creó un pequeño núcleo en la Empordá por el que pasaron Man Ray, Lorca, Francis Picabia y Marcel Duchamp.

Duchamp quedó, especialmente, enamorado de la zona, tanto es así, que pasó sus últimos diez años de vida en Cadaqués. Retirado ya del mundillo del arte, se dedicó a lo que más le gustaba: jugar al ajedrez.

También Truman Capote fue en busca de inspiración a la Costa Brava. Él estuvo en Palamós durante tres veranos que resultaron muy productivos. Allí escribió su novela 'A Sangre Fría'.

Así que si se encuentran en mitad de un bloqueo creativo, mejor escaparse a la Costa Brava, en busca de lo que para Marc Chagall era 'el paraíso azul.