Suenan desde temprano las dulzainas en Pamplona anunciando que ya ha comenzado el día grande en la capital navarra. Los más madrugadores se acercaban a las corralillas.

Mientras, otros disfrutaban de su patrón en las calles del centro con procesiones y desfiles de cabezudos. Jornada maratoniana para la que hay que coger fuerzas. Por eso, la Plaza del Castillo está completa de familias y amigos, donde comen y organizan el resto del día.

Dos años después del caso de 'La Manada' y tras la salida hace apenas unos días de agresores, se está haciendo un esfuerzo por cambiar la visión que se tiene de esta fiesta. Más de 3.000 policías velarán por la seguridad y, además, hay puestos de información a los que se puede acudir en caso de abuso.