El negocio de las entradas

Estrés, horas de cola virtual y gastos de gestión desorbitados: la locura por Bad Bunny desquicia a los fans

El contexto
Los seguidores del artista han pasado días de verdadera ansiedad para conseguir un ticket para uno de sus conciertos en España. Por el momento, y sin saber si aparecerán más fechas, tiene programados diez en Madrid y dos en Barcelona.

Locura por las entradas de Bad Bunny
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El cantante Bad Bunny ha desatado la locura en España con sus conciertos. Cientos de miles de personas llevan dos días intentando conseguir una entrada para los shows que ofrecerá el intérprete en nuestro país el próximo año, 2026.

Colas virtuales para sus conciertos de Madrid y Barcelona que hacen perder horas y horas a sus fans, que ven cómo los precios de las entradas se disparan y nadie entiende muy bien las razones. Son muchos los que han estado estos días conectados a estas colas online desde varios dispositivos para intentar hacerse con un ticket.

"Hicimos muchas horas de cola, como 6 ó 7, pero al final lo conseguimos", cuenta un fan a laSexta, que logró hacerse con los últimos ejemplares de uno de los eventos.

Pero este negocio también se ha convertido en una fuente de estrés. "Fue bastante desesperante", confiesa este joven.

Conseguir las entradas ha sido una auténtica locura. "Al momento te metías en redes sociales y la gente estaba desesperada por encontrar una entrada", afirma una seguidora.

La última vez que Bad Bunny estuvo en España fue en 2019. De ahí la euforia por hacerse con uno de los ejemplares, ya que nadie sabe cuándo volver a pasarse por España. Si pestañeabas al comprar la entrada, accedías más tarde a la cola, llegando, incluso, a estar por detrás del número 200.000 -esto solo para una de las fechas-.

En Madrid se han ofertado unas 60.000 entradas por concierto. Por lo que, multiplicado por los diez conciertos que dará en la capital, los afortunados que podrán disfrutar de estos conciertos son 600.000 fans (más quienes acudan a los de Barcelona). Un hecho sin precedentes, sobre todo en nuestro país, donde ha batido todos los récords.

Por otro lado, están los gastos de gestión, que, en innumerables ocasiones, no se refleja hasta el momento del pago. Unos gastos que, en el caso de que hubiera cancelaciones, como bien indica Enrique García, portavoz OCU, lo más probable es que "no se incluyan en la devolución". Y, en muchas ocasiones, suelen ser "desproporcionados".

Una batalla que el Ministerio de Consumo quiere librar con la nueva medida que han dado a conocer y con la que piden que los gastos de gestión se muestren en el precio total desde el principio para que el consumidor sepa la cuantía total de lo que se está gastando. "Queremos acabar con estas prácticas y que, en el caso de que se repercutan, se repercutan con mayor transparencia", ha manifestado el ministro Bustinduy.