No solo uno. Varios sentidos nos pueden dar pistas de si tenemos delante a un octópodo gallego o a uno marroquí. "A simple vista, el gallego siempre es un poco más oscuro; con color cobrizo, como el fondo marino gallego. El marroquí es más homogéneo, más gris", cuenta a laSexta Juan Ramón Vidal, jefe de cocina de O Dezaseis. El olor también es distinto: "El pulpo marroquí apenas huele, tiene un olor mucho más suave".

Y el tacto del gallego es más delicado. Dar con el punto para que no quede ni duro ni chicloso es más complejo. "Es más fácil trabajar con el marroquí que con el gallego, que pierde antes la piel si no lo cuidas", ha detallado Vidal. Pistas auditivas no vamos a encontrar -ninguno tiene acento-, así que, de momento, volvemos al gusto. ¿Se puede adivinar qué tipo de pulpo estamos comiendo por su sabor?

Para poner en marcha este experimento, contamos con Ismael y Gonzalo, tal y como se puede ver en el vídeo que acompaña estas líneas. "Con un poco de pimentón y demás, parece todo igual. Pero una vez te lo llevas a la boca, cambia la cosa. Es más duro el marroquí, el gallego es más blandito", dicen. Comerlo, ya sabíamos. Y ahora también podemos adivinar su origen sin pedirle el pasaporte.