El próximo viaje a Marte tiene parada en Barcelona, ya que la Agencia Espacial Europea desarrolla en la capital catalana el proyecto MELiSSA.
"Que vayamos a Marte depende de este proyecto", asegura Francese Gòdia, director de la planta piloto de MELiSSA.
Este programa trata de desarrollar un ciclo ecológico artificial, "un sistema ecológico cerrado que regenera el 100% de los residuos que genera una tripulación en materiales que son comestibles, en agua que podemos potabilizar y en un aire respirable".
De esta forma, los astronautas podrían sobrevivir en el espacio durante años de manera autónoma. Y aunque parece ciencia ficción, el proyecto piloto está en una etapa muy avanzada, por lo que calculan que en cinco años podría estar en funcionamiento.
"Tenemos un reactor de crecimiento de unas microalgas y nuestro compartimento de la tripulación que es nuestro aislador de ratas", asegura Gòdia.
La degradación de los residuos y la colonia de plantas son todavía asignaturas pendientes, pero ya han conseguido cultivar lechugas. Su próximo objetivo: el trigo, la remolacha y la patata.
Pero los resultados del proyecto MELiSSA no solo tienen un aplicación espacial. Sus científicos también investigan sobre sistemas de depuración de aguas residuales o bacterias capaces de eliminar el colesterol de nuestras arterias.