Las primeras mediciones de este tipo con el observatorio denominado SOFIA (Stratospheric Observatory for Infra-red Astronomy) demuestran que el observatorio volante resulta adecuado también para la observación de exoplanetas. SOFIA es un telescopio de 2,5 metros, instalado en un Boeing 747-SP, un proyecto estadounidense-alemán. "El observatorio vuela un poco más alto que los aviones comerciales", explica Daniel Angerhausen del Centro de Espacio y Habitabilidad (CSH) de la Universidad de Berna: "En este sentido, SOFIA es un telescopio espacial que regresa a casa cada mañana".

El investigador de CSH ya había completado varios vuelos de prueba, pero las observaciones más recientes han sido sin precedentes. "Por primera vez, pudimos utilizar todos los instrumentos disponibles en SOFIA para investigar mi especialidad: tránsitos de planetas extrasolares", explica Daniel Angerhausen.

Cuando, desde nuestro punto de vista, un planeta fuera del sistema solar pasa directamente delante de su estrella madre, el planeta oculta partes de la estrella y la hace un poco más oscura como en un mini-eclipse. Parte de la luz de las estrellas, sin embargo, pasa a través de la atmósfera del planeta antes de llegar a nosotros. Esta luz puede proporcionar información sobre la composición, temperatura, presión y otras características de la atmósfera del planeta.

"Cuando observamos estos tránsitos desde el suelo, incluso desde las mejores ubicaciones de Chile o Hawai, la luz no sólo atraviesa la atmósfera del exoplaneta, sino también la de la Tierra, lo que pone en peligro nuestras lecturas", explica el científico. "Por eso es tan tan importante que nos levantemos con SOFIA", agregó. El objetivo de observación fue GJ 1214b, un tipo de super-Tierra o mini-Neptuno. Esta clase de exoplanetas medianos se da con relativa frecuencia, pero no en nuestro sistema solar. Aquí no hay un solo ejemplo.

Con sus observaciones, Daniel Angerhausen y su equipo internacional, que también incluye al investigador de la CSH Daniel Kitzmann, recopilaron datos para averiguar si GJ 1214b es más bien un gran planeta rocoso o un Neptuno encogido hecho de gas o hielo. Los investigadores han publicado sus mediciones en la revista 'Astronomy & Astrophysics'. "Nuestros resultados dan algunas pistas nuevas, pero ningún conocimiento final sobre la naturaleza de GJ 1214 b", dice Daniel Angerhausen.