Los resultados de un estudio, realizado por científicos del Centro Médico de la Universidad de Boston (Estados Unidos), sugieren que la presencia de vitamina D en la población general y, en particular, en los pacientes hospitalizados con COVID-19, podría ayudar a reducir las complicaciones de la enfermedad COVID-19.

El informe, publicado en la revista científica Plos One, determinó que los pacientes mayores de 40 años con suficiente vitamina D, es decir, que presentaban niveles de 25-hidroxivitamina D en la sangre de al menos 30 ng/mL, tenían un 51,5 por ciento menos de probabilidades de fallecer a causa de la infección en comparación con los pacientes que presentaban poca o deficiente cantidad de vitamina D (25-hidroxivitamina D inferior a 30 ng /mL).

Gracias a los análisis de sangre se pudieron medir los niveles de Vitamina D y se hizo un seguimiento de los resultados clínicos de 235 pacientes hospitalizados por COVID-19. Los investigadores estudiaron los efectos de la enfermedad en cada uno de los pacientes, incluida la gravedad clínica de la infección, la pérdida de la conciencia, la dificultad para respirar y la muerte. También se analizó la sangre de los pacientes para detectar la proteína C reactiva y el recuento de linfocitos.

Una vez recogidos todos estos datos, los investigadores compararon los diferentes parámetros en los pacientes que tenían deficiencia de vitamina D, con los que tenían suficiente vitamina D. Gracias a ello demostraron que la vitamina D tiene actividad inmunomoduladora contra el COVID-19: "Por lo tanto, la vitamina D podría ayudar en el tratamiento de COVID-19 al prevenir la tormenta de citoquinas (proteínas que regulan la función de las células) y el subsiguiente SDRA [síndrome de dificultad respiratoria aguda] que es comúnmente la causa de la mortalidad", explican los autores en el informe.

Más consumo de vitamina D en la población

Los autores han aprovechado la conclusión del estudio para recomendar tanto a la población general como a los pacientes hospitalizados que mejoren sus niveles de vitamina D, dado que es "un beneficio potencial para reducir la mortalidad y las consecuencias de la COVID-19".

Para aumentar el nivel de este componente en nuestro organismo hay dos posibilidades: la dieta o la luz solar.

Según explica la pediatra Lucía Galán Bertrand, la vitamina D es de los pocos componentes que se encuentra en pequeñas cantidades y en muy pocos alimentos. El más importante es el pescado azul, es decir, dorada, atún, bonito, sardinas, caballa, bonito, salmón, arenques, salmonetes, pez espada o palometa. También se localiza, aunque en menor cantidad que en este tipo de pescado, en la yema de huevo y en la leche de vaca.

Sin embargo, la fuente más importante de esta vitamina es la radiación solar. Según señala la experta, "se estima que una media de 10-15 minutos de exposición solar al día en cara, cuello y brazos es suficiente para sintetizar toda la vitamina D que necesitamos en un día".