Desde que se decretó el estado de alarma por el coronavirus en nuestro país el pasado 14 de marzo de 2020, una de las preguntas más habituales en todos los foros de padres y madres ha sido la vitamina D.

La vitamina D forma parte de los nutrientes esenciales y tiene una función primordial en la salud ósea.

Existen dos formas de adquirir la vitamina D: una por la dieta y la otra y mucho más importante, por la luz solar.

  • Vitamina D en la dieta: al contrario de lo que ocurre con otros alimentos donde encontramos diversidad y amplitud de vitaminas, con la vitamina D no ocurre. Existen muy pocas fuentes naturales de vitamina D en la dieta y estos solo aportan una pequeña cantidad de la vitamina D que necesitamos. Entre ellos tenemos a estos tres grupos de alimentos:

    - El pescado azul, rey indiscutible de la vitamina D: dorada, atún, bonito, sardinas, caballa, bonito, salmón, arenques, salmonetes, pez espada o palometa.

    - Yema de huevo

    - Leche de vaca

  • Sin embargo, debemos saber que la fuente más importante de esta vitamina es la radiación solar que al incidir sobre nuestra piel se sintetiza Vitamina D. Se estima que una media de 10-15 minutos de exposición solar al día en cara, cuello y brazos es suficiente para sintetizar toda la vitamina D que necesitamos en un día.

Hasta el momento todos estábamos tranquilos porque la inmensa mayoría de los niños garantizan esos diez minutillos de sol al día. Ahora bien, los niños llevan más de dos semanas en casa y es casi inevitable la pregunta que todos nos habéis hecho llegar estos días: ¿Y ahora qué? ¿Les suplementamos con Vitamina D?

Hasta el momento la Asociación Española de Pediatría no se ha pronunciado en cuanto a suplementar a toda la población, es decir, si tu hijo tiene más de 12 meses y no tiene ninguna enfermedad carencial no hace falta suplementar.

¿Quién sí debe tomar vitamina D3?

Todos los bebés menores de 12 meses alimentados con lactancia materna, o con leche de fórmula que no tomen al menos un litro diario de fórmula adaptada enriquecida en vitamina D, que ya os adelanto que es raro encontrar un bebé menor de un año que tome más de un litro de leche al día.

Y esta recomendación no ha cambiado; sigue siendo la misma desde hace años

Por lo tanto ¿qué os puedo recomendar yo como pediatra y madre de dos niños que también llevan dos semanas sin salir de casa?

  • En cuanto salga el sol, ponles una camiseta con la que se les exponga un poco los brazos, abre la ventana o sal al balcón los afortunados que lo tengan y a tomar el sol diez minutos. Lástima que los aplausos no sean a las 12 de la mañana en lugar de las 8 de la tarde, así mataríamos dos pájaros de un tiro.
  • Ofréceles tres o cuatro veces a la semana pescado azul. Intenta que siempre haya huevos en la nevera y que se tomen su buen vaso de leche al desayuno, a la merienda o a la cena.

¿No había algún tipo de pescado azul que los niños no debían tomar por contener demasiado mercurio?

Sí. Según las últimas recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) los niños menores de 10 años, así como las mujeres embarazadas o aquellas que están dando pecho, no deben tomar:

  • Emperador (pez espada)
  • Atún rojo
  • Lucio
  • Tiburón (cazón, marrajo, pintarroja y tintorera)

Entre los 10 y los 14 años el consumo recomendado no debe superar los 120 gramos al mes.

Así que mientras no nos digan lo contrario, no hace falta suplementar. Esperemos que el tiempo nos de una tregua y podamos arañar esos diez minutos de sol que necesitamos todos.

Ánimo, vamos a por la próxima semana. Soy muy consciente que los ánimos de vez en cuando flaquean, pensad que cada vez estamos más cerca del final y más pronto que tarde, nuestros hijos estarán de nuevo en el parque, tirándose por el tobogán... y nosotros, con ellos.

¡Ánimo y fuerza a todos!