La detección de fosfina en Venus indica, por encima de todo, una asunción: se han descubierto procesos geológicos o químicos desconocidos en el planeta más cercano a la Tierra. Ahora bien, ¿significa esto que, efectivamente, hay vida en Venus? La respuesta, como expresa la propia investigación, es clara: no tiene por qué.

“La fosfina es un gas que se produce principalmente por fuentes biológicas”, escribe Federico Kukso, un reconocido periodista científico, en su cuenta de Twitter. Este hecho ha impulsado todas las suspicacias sobre la posible presencia de vida en el segundo planeta más próximo al Sol.

Ciertamente, es posible que existan microorganismos allí: “Hay una posibilidad de que hayamos encontrado algún tipo de forma de vida en las nubes de Venus”, explica Jane Graves, investigadora de la Universidad de Cardiff, en una comparecencia en 'streaming'. Aun así, la simple presencia de este gas anda lejos de confirmar cualquier tipo de organismo vivo en un páramo como es Venus.

“Sí, de verdad hablamos de Venus —añade Graves—. Como sabréis, las condiciones de la superficie de este planeta son realmente hostiles. De hecho, la temperatura que alcanza podría derretir nuestros propios módulos de descenso”, señala la experta. Ahora bien, los conductores del estudio argumentan que hay una hipótesis sólida que afirma que los microorganismos de este planeta podrían haber evolucionado “hacia arriba”; es decir, a unos 60 kilómetros por encima del suelo, donde, según Graves, “las condiciones no son nada amables, especialmente por la acidez, pero tienen una presión y una temperatura similares a la de la Tierra”.

La confirmación de un misterio

Así, las conclusiones del estudio pueden parecer ambiguas. Por un lado, se ha encontrado un gas común en la Tierra —aunque es tremendamente tóxico para humanos y animales— . Pero, por otro lado, Venus no es solo un lugar poco apacible para el desarrollo de vida, sino que directamente no debería poder tener fosfina; básicamente, porque su superficie y atmósfera son ricas en compuestos de oxígeno que reaccionarían rápidamente y la destruirían.

No estamos afirmando que hayamos encontrado vida en Venus”, espeta Sara Seager, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en la comparecencia: “Solo estamos confirmando una clara detección de fosfina en el planeta, cuya existencia es un misterio”.

En esta línea, los expertos intentan explicar cómo es posible la presencia de este gas en un ambiente tan hostil. Según William Bains, otro de los investigadores del proyecto, los volcanes podrían ser los principales productores de fosfina en Venus, pero no está claro: “Hay dos posibilidades, la primera sugiere que hay unos procesos químicos desconocidos (y muy exóticos) en Venus. La segunda, probablemente la más interesante, indica que la fosfina ha sido producida por la vida”, relata.

No es la primera vez que se encuentra fosfina fuera de la Tierra

“La fosfina ya fue descubierta en Júpiter y Saturno”, escribe Kukso. Así lo afirmaba también una investigación publicada en 'Science Direct', cuyos resultados “demuestran la presencia de fosfina mejorada en el ecuador”. E incluso si hablamos de la atmósfera de estos planetas, la noción de la presencia de este gas fuera en los aledaños de nuestro sistema solar se remonta hasta 1977, cuando la Sociedad Americana de Astronomía atisbó fosfina en la atmósfera de Júpiter.

Los conductores de la investigación que ha dado con este hallazgo en Venus componen un equipo multidisciplinar, con científicos de Japón, Reino Unido o Estados Unidos. No obstante, pese a la emoción de estar ante un descubrimiento así, sus miembros llaman a la cautela: “La vida, como explicación de nuestro descubrimiento, debería ser, como siempre, el último recurso”, apunta Clara Sousa-Silva, también del MIT. Aunque ello no quita que haya que poner todos los ojos en los próximos avances. Porque “si es fosfina; si es vida, significa que no estamos solos”, concluyen los expertos.