El equipo científico internacional, compuesto por cinco universidades diferentes, ha detectado fosfina en las nubes ácidas de Venus. El descubrimiento de esta sustancia abre la posibilidad de que exista vida en este planeta vecino, dado que en la Tierra la fosfina se produce por microbios que prosperan en entornos libres de oxígeno.

Según detalla la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR), la fosfina (PH3) "es un gas incoloro, inflamable, que explota a temperatura ambiente y que huele a pescado podrido o a ajo". Este gas está formado por un átomo de fósforo con tres átomos de hidrógeno unidos.

Su creación -a pequeña escala- está relacionada con la degradación de materia por parte de algunas bacterias. Como consecuencia de este posible origen, la fosfina es una "biofirma", es decir, una sustancia que implica la presencia de vida.

En la Tierra también es producida a nivel industrial: la fosfina es usada en las fábricas de semiconductores y de plásticos, en la producción de un retardador de llamas y como plaguicida (destruye plagas de animales y plantas) en granos almacenados. En sus inicios, la fosfina fue producida para su uso como arma química durante la Primera Guerra Mundial.

La fosfina en la Tierra, un gas perjudicial para la salud

La fosfina no solo es perjudicial para la salud por su posible implicación en la creación de armas sino que es considerada una sustancia altamente tóxica para las personas. Sin embargo, la ATRSDR explica que, en general, la población solamente puede estar expuesta a pequeñas cantidades de este compuesto al inhalar el aire, al tomar agua y al comer alimentos porque "la fosfina se degrada rápidamente".

A pesar de esto, los trabajadores que utilicen la fosfina para matar insectos o roedores en ciertos lugares, como almacenes de granos y tabaco, y las personas que habiten cerca de estas zonas pueden estar expuestos a él. La forma de detectar dicha exposición es a través de un análisis de orina.

Además, hay una sintomatología asociada para los afectados por este gas. Las primeras manifestaciones de exposición aguda a la fosfina incluyen dolor del diafragma, náusea, vómitos, excitación y un olor a fósforo en el aliento. Si la cantidad inhalada es más alta, puede producir debilidad, bronquitis, edema pulmonar, falta de aliento, convulsiones e incluso la muerte. La ATRSDR advierte que algunos efectos pueden manifestarse días después de la exposición.