Prueba del Ford Mondeo Hybrid: ¿alternativa al motor diésel?

Aunque no es una de las versiones más vendidas en su actual generación, la motorización híbrida disponible en el Ford Mondeo es una de esas opciones que bien merece la pena probar y analizar en detalle antes de decantarse por los todavía tan de moda en este segmento propulsores diésel. El Ford Mondeo es una de las referencias de su categoría, una berlina que ofrece calidad, confort y buen comportamiento para acumular tantos kilómetros sean necesarios. Hablamos de uno de los candidatos a tener en cuenta si estás pensando en hacerte con un gran rutero, por lo que nada mejor que descubrir si su motor híbrido gasolina es capaz de convencernos en su guerra contra el gasóleo.

Lo primero que debemos saber es que el Ford Mondeo Hybrid es una versión que deriva del Fusion Hybrid que se comercializa en EE.UU. Empleando tecnología de propulsión desarrollada en colaboración con Toyota. Esto nos deja con un motor gasolina de 2 litros que trabaja en el eficiente ciclo Atkinson, junto a él nos encontramos un motor eléctrico combinado con un cambio de variador continuo y unas baterías de iones de litio ubicadas en el maletero. El sistema híbrido nos ofrece una potencia máxima combinada de 187 CV aunando los 140 CV del motor térmico y los 120 CV del motor eléctrico, potencia que recordemos no coincide con la teórica suma total de ambas potencias al no coincidir los regímenes.

El funcionamiento de la planta híbrida es sumamente sencillo y permite tanto forzar un modo 100% eléctrico con una autonomía que puede rondar los 2 kilómetros, como adaptar el funcionamiento híbrido a través de un programa de conducción específica y un asistente que evalúa y aprende de nuestra conducción y recorridos para conseguir la máxima eficiencia El resultado es que el Mondeo Hybrid es un coche cuya conducción permite conseguir buenos datos de consumo de forma sencilla.

El ambiente ideal del Mondeo Hybrid es sin duda la ciudad, un escenario donde la gestión de la energía de la batería brilla por conseguir un gran soporte tanto para el empuje del coche como para la regeneración. Esto se traduce en que gran parte de los recorridos urbanos los realizamos sin activar el motor gasolina consiguiendo entonces un consumo bastante bajo. Las carreteras más rápidas son escenarios menos adecuados frente a los motores diésel que pueden firmar mejores consumos, pero aún así sigue ofreciendo un buen nivel d8e eficiencia con consumos medios en el entorno de los 6 – 6,5 l/100 Km. Queda claro entonces que en el factor consumos este híbrido es una opción muy interesante frente a los motores diésel.

Pero a la hora de analizar la conducción es donde este híbrido pierde algunos puntos frente a su teórico rival diésel. El funcionamiento del cambio es el que a todas luces penaliza la experiencia de conducción por culpa del particular trabajo del sistema. Con 187 CV no ofrece un empuje en consonancia, viéndose penalizado por la falta de sincronismo que existe entre revoluciones y velocidad, especialmente en los momentos de fuerte aceleración. Sin embargo, este cambio sí que ofrece una suavidad y confort sin rival en conducción relajada y urbana.

No podíamos pasar por alto que nuestra unidad correspondía al acabado más alto de la gama denominado Vignale. Con este acabado el Ford Mondeo se posiciona como una alternativa a considerar frente a las berlinas premium, algo que consigue con un habitáculo repleto de tapizados en piel, buenos ajustes y elementos de equipamiento propios de categorías superiores como sus butacas delanteras provistas de ventilación, calefacción, ajustes eléctricos y función de masaje.

En definitiva el Ford Mondeo Hybrid cumple con lo que promete. Hablamos de una berlina que consigue un alto nivel de eficiencia para ser una seria alternativa a los motores diésel, con un confort de marcha de los mejores de su categoría, además de un nivel de acabados y equipamiento a la altura de rivales premium gracias a la posibilidad de optar por el acabado Vignale. Sólo me atrevo a recomendar la alternativa movida por gasóleo en los casos donde el funcionamiento del sistema híbrido no consiga convencernos o exista la necesidad de realizar grandes kilometrajes por autovía.