ES MÁS FÁCIL DE LO QUE CREES

¿Sabes arrancar en pendiente sin que el coche se te cale?

Seguramente estés sacándote el carnet y te dé pánico que el instructor te ponga en una cuesta. No te preocupes, que en este artículo te damos el truco para arrancar en pendiente sin calar tu coche.

Aparcar en pendiente

Aparcar en pendiente Vimeo

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Todos hemos vivido ese momento cuando éramos noveles: detrás, un coche pegado al paragolpes listo para hacer cantar a la bocina más que Rosalía presentando su nuevo disco. Delante, una cuesta que parece el Everest. Y justo ahí, va el coche se cala. Pero no hace falta ser novato para liarse porque basta una mala coordinación entre embrague, freno y acelerador para que el coche se vaya hacia atrás después de meterte cuatro tirones de aúpa.

Aunque muchos creen que arrancar en pendiente es una cuestión de reflejos o fuerza bruta en el motor, en realidad es pura técnica. La misma DGT dice que dominar el punto de fricción del embrague y la presión justa en el acelerador es la clave para no dar el cante en mitad de la cuesta. Da igual si estás subiendo la rampa de un garaje, saliendo del parking de un centro comercial o en una carretera de montaña, que la maniobra siempre sigue las mismas reglas.

Arrancar en pendiente no tiene misterio, pero si se hace mal, el coche puede retroceder peligrosamente o calarse en el peor momento. Ahí llegan los bocinazos, los nervios y el drama. Por eso conviene entender qué pasa exactamente bajo los pedales cuando el coche empieza a moverse.

Carretera de montaña
Carretera de montaña | Agencias

El truco para no calar en pendiente

La técnica más segura es la que recomienda cualquier autoescuela cuando te preparan para el exámen. Consiste en engranar la primera, soltar el embrague despacio hasta notar la típica vibración (el famoso “punto de fricción”), y justo ahí, mantener el pie estable mientras se libera el freno. En cuanto el coche da el primer impulso, se acelera suavemente y se termina de soltar el embrague. Suena fácil, pero requiere práctica y tacto, sobre todo en coches con embrague muy sensible o motores con poco par a bajas vueltas. Es cuestión de práctica.

El truco está en no tener prisa. Si notas que el coche tiembla, ya ha mordido el embrague. Ahí es cuando puedes soltar el freno sin miedo. Es el punto donde el coche empieza a mover sus ruedas aunque tú aún no hayas acelerado apenas.

La experiencia te enseñará que cada coche tiene su propio “tempo”. Los diésel aguantan mejor las rampas, los gasolina requieren algo más de tacto y los automáticos, directamente, se ríen de este problema.

Embrague
Embrague | Centímetros Cúbicos

Aparcar cuesta abajo también tiene su ciencia

Arrancar en pendiente no es lo único que exige cabeza, porque también hay que saber cómo aparcar en cuesta para evitar sustos si el freno de mano falla. Aquí el truco está en orientar las ruedas hacia el bordillo: si estás cuesta arriba, gíralas hacia el lado contrario; si estás cuesta abajo, hacia el bordillo. Así, en caso de que el coche se desplace, el bordillo lo frenará antes de que gane velocidad.

Además, es bueno dejar el coche con una marcha engranada (primera si está cuesta arriba, marcha atrás si está cuesta abajo) para bloquear la transmisión y tener algo más de seguridad. En los automáticos, basta con dejar la palanca en “P”, pero aun así no está de más girar las ruedas, por si acaso el mecanismo no agarra bien, que ya ha sucedido.

Son detalles que marcan la diferencia entre aparcar tranquilo y despertarte con el coche estampado en el pasillo de las bebidas del chino. Dominar cómo arrancar y aparcar en pendiente sirve para ahorrarte disgustos y demostraciones involuntarias de cómo funciona la gravedad.

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