¿Cada cuánto hay que cambiar el aceite, de verdad?

Cambiar el aceite del motor suele generar más dudas de las que debería. Preguntas a un conocido, tecleas en un foro o llamas al taller, y cada respuesta tira en una dirección distinta. Unos te recomiendan renovarlo cada 5.000 km, otros lo estiran hasta los 30.000 km, y no faltan los que se guían por el aviso luminoso del cuadro.

La única fuente realmente fiable es el manual de tu coche. En él, el fabricante detalla el intervalo concreto tanto en kilómetros como en tiempo (por ejemplo, 15.000 km o cada 12 meses). Esa indicación está pensada para cada motor según sus tolerancias, su lubricante homologado y las condiciones ambientales bajo las que trabaja.

Si tu vehículo cuenta con un sistema de mantenimiento inteligente, te avisará en el cuadro cuando sea el momento. De no ser así, basta con respetar lo que figura en el manual. Hacer caso a datos ajenos sin contrastar solo complica la vida y, en el peor de los casos, puede perjudicar al motor.

Lo que suelen recomendar los talleres

En muchos talleres tradicionales la norma no escrita es cambiar el aceite cada 10.000 o 15.000 km, o al menos una vez al año. Este criterio funciona bien para motores antiguos o cuando se usan aceites minerales o semisintéticos, que pierden propiedades antes que los sintéticos puros.

Sin embargo, la mayoría de los coches recientes usa lubricantes sintéticos de alta calidad, capaces de mantener su eficacia durante más kilómetros. Así pues, adelantar el cambio de aceite puede convertirse en un gasto innecesario sin aportar ventajas reales al motor.

Por otro lado, varios talleres aplican ese mismo intervalo a todos los coches sin diferenciar motor, uso o tipo de aceite. Puede obedecer a una cuestión de comodidad o a la falta de consulta de las especificaciones exactas del fabricante. En ese caso, el consejo más barato para el taller no siempre es el más adecuado para tu coche.

Lo que predican los “gurús” del motor

En el universo de los entusiastas del motor proliferan consejos de barra de bar: “Cámbialo cada 5.000 km y tu motor vivirá más” o “con aceite sintético puedes llegar a 30.000 km sin problema”. Ambos extremos carecen de fundamento técnico uniforme.

La realidad es que cada motor y cada tipo de aceite presentan unas especificaciones distintas. Quienes circulan habitualmente por ciudad (con continuas arrancadas y paradas) someten al lubricante a un estrés mayor que quienes recorren largas distancias en autovía a ritmo constante. Por ello, algunos casos pueden requerir cambios algo más frecuentes, y otros, intervalos más largos, siempre según lo recoja el manual.

Pretender aplicar una cifra estándar a todos los coches ignora variables clave como la temperatura de trabajo, la contaminación del lubricante y el régimen de revoluciones. Seguir una recomendación genérica sin contexto puede salir caro, tanto en ahorro perdido como en posibles daños al motor.

Lo que realmente tienes que hacer

Lo más sensato es seguir al pie de la letra las indicaciones del fabricante. El plan de mantenimiento que aparece en el manual o en el sistema de aviso de tu coche tiene en cuenta cada aspecto técnico: desde la viscosidad del aceite hasta la frecuencia óptima de recambio.

Si tu coche lo permite, opta por un lubricante sintético de calidad y respeta el kilometraje y los plazos de tiempo estipulados, ni antes ni después. Cambiar el aceite antes de tiempo no aporta nada y hacerlo tarde puede aumentar el desgaste interno o incluso derivar en averías.

Por último, recuerda también sustituir el filtro de aceite según el programa oficial. Es tan importante como el propio aceite, porque retiene partículas y suciedad que, de no eliminarse, circularían por el motor. En definitiva, nada de mitos ni consejos de oídas: aceite recomendado, cambio cuando lo diga el fabricante y filtro nuevo en cada visita.

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