En Laponia se encuentran algunas de las más famosas escuelas de conducción, una de ellas la de Audi… Una zona en la que las bajas temperaturas congelan grandes extensiones de agua. Sobre ellas se diseñan circuitos en los que la gente pasa horas patinando… Pero este es un viaje que va más allá de la pura divertirse al volante. Conducir sobre hielo, no es fácil, requiere desarrollar una técnica específica, de ahí que las clases teóricas sean fundamentales. Una vez superado este punto. Comienza lo divertido. En cuanto pisas el hielo te das cuenta de las dificultades que vas a encontrar. Es deslizante y pese a ir con los neumáticos de clavos el agarre a la superficie es reducido… Pero es una sensación especial, un tanto adictiva y, por tanto, es inevitable que pronto aparezca una sonrisa en tu cara. La gente se anima, tú te animas, incluso llegas a creerte un buen piloto de rallyes. Eso te lleva a confiarte, a ir cada vez más rápido y… Sí, a hacer uso del tan temido tractorista. Aun así, conducir sobre hielo, es una de las experiencias más apasionantes que se pueden vivir con un coche. Cada día se recorre un circuito diferente en el que la dificultad va aumentado. Pero el día no termina cundo dejas de conducir… Cae el sol, pero la vida en el Audi Driving Experience continúa y antes de que llegue la noche, se aprovecha para disfrutar de las actividades propias del país. En Centímetros Cúbicos: , ,