EL PODER DEL ESCORPIÓN
Así convierte Abarth un coche eléctrico utilitario en una bestia deportiva
El nuevo Abarth 600e es el símbolo que deja claro que los eléctricos pueden seguir siendo deportivos geniales.
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Abarth ha demostrado que la electrificación no está reñida con el espíritu deportivo. El 600e, su última creación, fusiona la practicidad de un utilitario eléctrico como el Fiat 600e con el ADN racing de la marca del escorpión.
Como no puede ser de otra forma en un coche de la marca, el Abarth 600e no pasa desapercibido. Su diseño exterior combina elementos clásicos de la marca con toques modernos y futuristas. Personalmente, me llama la atención cómo han incorporado guiños a la historia de Abarth. Es algo imprescindible en un coche que de alguna forma trata de romper con una historia donde los coches de combustión han sido la tradición, pues lo utiliza como un lazo que muestra que la historia no cambia, solo continúa.
Por ejemplo, el alerón trasero no es solo un elemento estético, sino que rinde homenaje a la visión aerodinámica de Carlo Abarth, separando el flujo de aire para mejorar la resistencia del vehículo. El parachoques delantero, inspirado en el "cassettone" del legendario Abarth 850 TC, le confiere un aspecto robusto y deportivo. Y están enfocados al 100% en proporcionar un buen rendimiento en un coche que tiene características muy diferentes de las de los coches con motor de combustión. De hecho, ese parachoques delantero está pensado para poder ofrecer un coeficiente aerodinámico más óptimo que permita sacar el máximo partido a la autonomía de la batería, y a la vez para ofrecer las tomas de aire necesarias para refrigerar la batería.
El habitáculo del 600e busca un equilibrio entre deportividad y confort, pero también conserva referencias hacia la historia de la marca. Los asientos Sabelt con Alcántara y el patrón "Scorpionflage" son un claro guiño al mundo de la competición. El volante, inspirado en coches de rally como el Abarth 131, completa la experiencia.
Como entusiasta de los coches deportivos, estoy intrigado por cómo se comportará este Abarth en el día a día. Si bien mantiene la esencia visual y filosófica de la marca, queda por ver si logrará conquistar a los puristas y atraer a nuevos aficionados. Por un lado, el comportamiento dinámico del coche debe ser mejor que el de la versión de Fiat, gracias a una ampliación del ancho de vías de 30 mm delante y 25 mm detrás, y a la bajada de la altura del coche. Estas últimas mejoras provenientes directamente del equipo de competición de Abarth.
Por otro lado, parece que Abarth no quiere captar solo a los puristas, sino también a los más nuevos potenciales clientes. Muchos elementos visuales están basados en el mundo digital y de los videojuegos, y eso deja muy claro que la marca considera que ese perfil de comprador estará más dispuesto a aceptar un deportivo eléctrico. Seguro que llevará tiempo, pero Abarth puede estar construyendo unos sólidos cimientos para que en un futuro en el que los coches eléctricos no sean la excepción sino la norma, Abarth sea la referencia de los deportivos aun cuando el rugido de su motor haya sido sustituido por la sigilosa picadura del escorpión.
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