Lexus frena a Nissan en el Super GT con su victoria en los 1000 km de Suzuka

El pasado fin de semana, Japón vivió su carrera nacional más importante del año con los 1000 km de Suzuka, una cita ineludible para los aficionados nipones al automovilismo y la cita más importante del año para el Super GT con un pequeño extra de puntos. Tras un inicio de temporada impecable para Nissan con cuatro victorias seguidas, Lexus finalmente frenó el avance de sus grandes rivales con un aplaudido doblete. A lo largo de toda la carrera, los Lexus RC F preparados por Toyota Motorsport se mostraron claramente más competitivos que los Nissan GT-R o los Honda NSX con los que compiten en el GT500, la máxima categoría del Super GT. Al frente de la carrera, los coches de los equipos Cerumo y TOM'S mantuvieron un duelo antológico con adelantamientos y tensión a lo largo de las últimas horas de carrera que al final se resolvió a favor de los primeros con Yuji Tachikawa y Hiroaki Ishiura al volante. El resultado no estuvo exento de -ligera- polémica, con un adelantamiento al límite de una zona con bandera amarilla por parte del Lexus Cerumo con los colores de Zent. También hubo drama con el Nissan NISMO con los colores de Motul que encabeza el campeonato. A pesar de los 100kg de lastre al ser el equipo con más puntos, llegó hasta la última vuelta en cuarta posición antes de abandonar por problemas técnicos. Quedó clasificado en sexta posición.

La carrera, de 173 vueltas al circuito de Suzuka, tuvo variabilidad tanto en lo que respecta a las luchas entre los distintos participantes como al clima, con una lluvia ligera que cayó hasta tres veces a lo largo de la misma aunque sin llegar a cuajar en ningún caso. Solo en su tercera y final aparición llegó a causar un pequeño aumento de los tiempos por vuelta aunque la vuelta a la normalidad se produjo en apenas unos pocos giros. Aunque el GT500 se llevó la mayor parte del protagonismo por el duelo entre dos de los Lexus y la "venganza" con respecto a Nissan -Honda ni está ni se la espera hasta finales de año y siempre contando con el lastre en los rivales-, también hubo espectáculo en la categoría pequeña. El duelo en el GT300 fue exaltante gracias a la estrategia y a la presencia en la zona alta de varias máquinas de los tres tipos que compiten en el campeonato. Puede que los coches de GT3 que compiten en el GT300 fueran los más débiles el fin de semana de Suzuka a pesar de ser habitualmente los más competitivos en el campeonato. En los 1000 km destacaron los JAF-GT típicos de Japón -se trata de coches con normativas nativas de GT300- y los chasis estándar, máquinas fabricadas con un chasis y motor común también conforme a las normativas JAF-GT.

Finalmente y a pesar del dominio de uno de los Toyota 86 que compite con uno de los chasis estándar, la victoria en GT300 fue para el Subaru BRZ, uno de los coches más populares del campeonato que no se imponía en una carrera desde la temporada 2014. Visiblemente emocionados, Takuto Iguchi y Hideki Yamauchi tuvieron una actuación impecable a pesar de un golpe contra el muro tras ser echados de pista por uno de sus rivales. El campeonato entra ahora en su recta final con dos citas antes de terminar el año, siempre recordando que en Motegi habrá dos carreras, siendo una de ellas para reemplazar el cancelado evento de Autopolis, circuito dañado tras el terremoto de Kumamoto. Afortunadamente las reparaciones van por buen camino y el trazado será utilizado ya en otras categorías este mismo año, antes de volver al Super GT en 2017. Pero no todo lo importante sucede en pista y antes de empezarse la actividad en el asfalto, Lexus presentó el LC500 que participará el año que viene en la categoría en lugar del RC F actual. Será la nueva arma de la marca en su intento de volver a tomar el título del Super GT tras dos años y medio sin llegar a imponerse a Nissan. Por otra parte, la normativa cambia de cara a 2017 así que tanto la propia Nissan como Honda deberán modificar sus coches actuales.