El incombustible Oriol Servià vuelve a pilotar en la IndyCar

Contra absolutamente todo pronóstico, la temporada 2016 de la IndyCar ha vuelto a tener un piloto español en pista. El estado de salud de Will Power le obligó a perderse una carrera para la que se había clasificado en pole position y Oriol Servià ocupó en esta primera cita del año su puesto en el cockpit del Dallara DW12 Chevrolet del equipo Penske, uno de los más laureados de la historia de las carreras de monoplazas en Estados Unidos. Puede que la carrera no le fuese a Servià todo lo bien que él habría deseado, encontrándose en una montonera cuando rodaba en undécima posición a pesar de no haber realizado pretemporada, no haber podido probar el coche más que en el warm-up y no haberse subido a un coche de la IndyCar desde el pasado mes de agosto. Rodar en ritmo para estar entre los diez primeros era toda una proeza para el veterano piloto catalán, que a pesar de terminar décimoctavo, hizo historia al competir para Penske.

Servià, supuestamente ya retirado de las carreras de monoplazas, confesó tras la última carrera de 2015, que le había vuelto a picar el gusanillo... de ahí que se planteara la substitución este fin de semana cuando surgió la oportunidad. La anterior vez que había competido había sido con motivo de la última cita del año pasado en Sonoma tras la petición de la familia del tristemente desaparecido Justin Wilson de que fuera él quien compitiera con el coche de Andretti Autosport. En ese entonces, el piloto de Pals estaba ya retirado de las carreras de monoplazas y a priori no iba a volver a competir en la IndyCar. De hecho, había dejado de entrenar y no tenía la forma física que había tenido en su día. Y a pesar de todo; de la falta de rodaje, de la falta de preparación y de la falta de rodaje con los nuevos paquetes aerodinámicos en circuito rutero, el incombustible español estuvo listo para ponerse el mono y el casco y volver a competir, iniciando la secuencia que le vio subirse al coche de Penske en el día de ayer.

La carrera deportiva de Oriol Servià ha sido históricamente la carrera de un piloto que ha luchado contra los elementos, manteniéndose a flote gracias a la pasión por las carreras y las ganas de seguir compitiendo donde otros no lo habrían hecho. Servià ha realizado substituciones en 2016 y 2015, un programa parcial en 2014 y más substituciones en 2013. Tuvo un año en blanco en 2010 y más substituciones en 2009, 2007, 2005 -su mejor año, subcampeón en la Champ Car con una recordada victoria en Montreal- y 2002. Incluso tras dejar la IndyCar a tiempo completo tras 2014, encontró la forma de mantenerse en activo gracias a la Fórmula E, donde estuvo siempre en los puntos antes de llegar a la conclusión -errónea- de que su tiempo al volante se había terminado. A partir de entonces, se centró en su trabajo dirigiendo el equipo del campeonato eléctrico. Un auténtico superviviente del mundo de las carreras, Servià es respetado y valorado en Estados Unidos por los aficionados, los jefes de equipo y sus compañeros pilotos.

Después de la última carrera del año pasado, Servià reconoció que se plantearía seguir pilotando, aunque en un principio debería ser en carreras de resistencia en América. Pero cuando la oportunidad de competir de nuevo en monoplazas llamó a su puerta, no pudo rechazarlo. A día de hoy son 14, los equipos con los que ha competido en la IndyCar - sorprende la comparación con Helio Castroneves, que en el mismo número de años ha estado solo en Penske-. Es un dato que demuestra su buen trabajo y lo valorada que es su experiencia. A lo largo de su carrera deportiva, Servià ha tomado la salida de las 500 millas de Indianápolis un total de siete veces, con un cuarto como mejor resultado en 2012. El tiempo dirá si el próximo mes de mayo llega la octava. Y quien sabe, puede que sea entonces cuando la Dama Fortuna le guiñe el ojo. A fin de cuentas, la edición de este año será verdaderamente especial, puesto que será la número 100 en la historia de la legendaria carrera. Habrá que estar pendientes...