En el año 2013, el Gobierno aprobó un gravamen especial a aplicar sobre cualquier premio de sorteos y juegos de azar de Loterías y Apuestas del Estado y la ONCE que, a lo largo de los años, ha ido variando. Desde 2020, este impuesto sólo se aplica a los premios superiores a los 40.000 euros —los primeros 40.000 están exentos del mismo— y hacen que el premio que se canta en el sorteo que sea se vea algo más reducido. Y desde hace un par de años, también se ha venido escuchando acerca de un 'truco' para evitar pagar ese impuesto... ¿Qué hay detrás de todo esto? Lo cierto es que no es ningún 'truco' porque no pagar impuestos es, en efecto, un delito.

Pero sí existe una manera de que el ganador de un premio no pague ese tributo a Hacienda, aunque lo paga alguien que está por detrás de él. En la Lotería de Navidad, por ejemplo, el principal premio de la jornada es el Gordo, que reparte un total de cuatro millones por serie, lo que se queda en 400.000 euros al décimo. Después de impuestos —hay que quitarle el 40% a la parte no exenta, es decir, a 360.000 euros— el premio Gordo del 22 de diciembre se queda en 328.000 euros. No obstante, con este método para evitar pagar los impuestos uno recibe íntegramente esos 400.000 euros... porque una institución se encarga de cubrir este gasto. Y sí, cubren todos los premios.

Así es como funcionan los seguros de décimos. Por ejemplo, la marca comercial Laguinda dio a luz hace algo más de un año a un seguro al portador, acordado con la aseguradora Axa, que se encargaba de compensar los impuestos de Primitiva, Bonoloto y Gordo de la Primitiva, con un coste de unos céntimos. A día de hoy, este seguro asegura estos tres sorteos, y también el Euromillones y la Lotería de Navidad: éste último es el 'más caro', cuesta 3 euros asegurar el boleto.

¿No te cobran entonces los impuestos del premio?

Lo cierto es que sí te los cobran, porque es un procedimiento automático: para cobrar cualquier premio has de acudir a una entidad bancaria autorizada y tras una serie de trámites se realiza una transferencia del premio a la cuenta del propietario del boleto. Pero esa transferencia ya prevé directamente el impuesto, por lo que la cantidad que recibe el afortunado ya tiene 'restado' lo que le corresponde a las arcas del Estado.

Sin embargo, al tener contratado este tipo de seguros, la empresa que esté detrás del mismo será la encargada de abonar al ganador el mismo importe de ese mismo impuesto ya pagado, por lo que, al final, el afortunado recibe el premio completo.

Ahora bien, los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ya advirtieron desde que se lanzaron este tipo de seguros de que, con respecto a este tipo de contratos, el cobro de este abono equivalente al impuesto retenido del premio también está sometido a otro impuesto, como incremento de patrimonio, por lo que los afortunados deberán "incluirlo en su declaración de la renta, correspondiente al año que la perciban, junto al resto de sus rendimientos sometidos a la escala general".