Las últimas elecciones vascas, las de 2020, registraron un hito histórico en cuanto a participación: el 12 de julio de 2020 el número de vascos que acudieron a ejercer su derecho al voto en País Vasco fue el menor hasta el momento. Fue la cifra más baja de participación en una elecciones al Parlamento vasco de la historia, llegando a estar por debajo del 59,6% registrado en 1994. El batacazo fue pronunciado.

Aunque hubo varias circunstancias que llevaron a esta situación: las elecciones se celebraron aún durante la pandemia del Covid, con multitud de restricciones (mascarilla obligatoria, franjas horarias para votar...), pero también en pleno mes de julio, uno de los dos meses de vacaciones de los españoles por antonomasia.

De hecho, si comparamos las cifras de participación de 2020 con las de las elecciones previas (2016), que no tuvieron alta participación, podemos comprobar que cayó un total de 7,2 puntos: solo un 52,8% de los vascos fue a votar. Además, fue una caída generalizada en las tres circunscripciones electorales.

En 2020, en Álava (Araba) votó el 50,6% de electores, lo que supone más de 9 puntos menos que en 2016, cuando alcanzaba el 59,74%, mientras que en Vizcaya (Bizkaia) lo hizo el 52,4%, lo que representa 8 puntos menos. En 2016, al cierre de los colegios electorales, había acudido a las urnas un 60,48%. Por su parte, en Guipúzcoa (Gipuzkoa), se acercó a las urnas el 54,5% del electorado, lo que supone 4,8 puntos menos que el 25 de septiembre de 2016, cuando al cierre de los centros de votación había votado el 59,38% del censo.

Con estos números, el PNV consiguió volver a ganar las elecciones en Euskadi holgadamente, sumando 31 escaños. De hecho, sumó tres asientos más respecto a 2016. Estas cifras le permitieron reeditar su acuerdo de Gobierno con el PSE-EE. Ahora bien, este año las encuestas apuntan a que la celebración no será tal, pues le auguran una caída de votos a su candidato, Imanol Pradales. Mientras, los socialistas no experimentarían mucha variación, según los sondeos, a diferencia de la subida que sí vivieron en 2020. Pasaron de 9 a 10 parlamentarios, como tercera fuerza. El segundo puesto en 2020 fue para EH Bildu, que sumó escaños más hasta alcanzar los 22.

Entonces, Vox consiguió sumar apoyos y entrar en la Cámara con un representante. Este año vuelve a apostar por la candidata Amaia Martínez, a diferencia de la mayoría de las formaciones que han apostado por caras nuevas. Otra formación que vuelve con el mismo cabeza de lista es Elkarrekin Podemos-IU, formación que se desplomó al perder cinco asientos y quedarse con seis parlamentarios. Este año se presenta de la mano de Alianza Verde con Miren Gorrotxategi. El partido que también ha cambiado de candidatura es el PP. No solo estrena candidato, Javier de Andrés, sino que esta vez ha decidido presentarse en solitario. En las últimas elecciones lo hizo con Ciudadanos y salieron mal parados al pasar de los 9 que tenían los populares hasta la fecha a obtener 5.

Los (otros) peores datos de participación en el País Vasco

Antes del récord de 2020 estuvo el de los primeros comicios vascos de 1980, cuando la participación fue del 59,7%. Entonces, la formación con más votos fue el PNV con 25 escaños. Le siguieron Herri Batasuna (HB), con 11, PSE con 9 y Euskadiko Ezkerra, con 11. Pero una cifra más baja todavía se registró en las elecciones de 1994, cuando la partición fue del 59,6%. PNV volvió a ser la formación más votada logrando 22 escaños, los mismos que cuatro años antes. Herri Batasuna, sin embargo, perdió dos respecto a los anteriores comicios quedándose con 11.

El PP, por su parte, subió en apoyos haciéndose con once de los seis que tenía en 1990. El PSE pasó de 16 a 12 asientos y Eusko Alkartasuna se quedó con 8, uno menos que en las anteriores elecciones. En 2001, sin embargo, la partición fue alta (para las cifras que se manejan en el País Vasco). De hecho, se registró la mayor participación hasta el momento. Se elevó a 78,97%. La colación PNV y Eusko Alkartasuna logró en este contexto un total de 33 escaños. El PPsumó tres y se hizo con 19. El PSE con 13, uno menos que en 1998. Euskal Herritarrok perdió la mitad de los asientos que había obtenido en 1998 y se quedó en 7.

Qué se puede considerar participación alta y baja

No existe un punto numérico en el que se pueda decir que la participación en unas elecciones es baja o alta si no se tiene en cuenta si contexto. Los vascos, por ejemplo, no votan igual en las elecciones autonómicas que como lo hacen en las elecciones generales, en las europeas o en las municipales. Si echamos la vista atrás y miramos los datos de participación de todas las autonómicas, podemos decir que la media de participación es de cerca del 64%.

¿Se puede considerar alta una participación que esté por encima? Depende. En 2005 se registró un 68% de participación, pero no por ello quiere decir que fuera alta, aunque sí estuvo por encima de la media vasca. No obstante, la tendencia en los últimos años es a la baja: desde el 68% registrado aquel año, la tasa de participación ha ido en descenso, hasta llegar a 2020, cuando se registró la más baja de la historia.