En 2020 se presentó por Vox en Euskadi con el fin de "dar voz a todos los problemas silenciados" de la comunidad autónoma. Y en 2020 Vox hizo historia en Euskadi: Amaia Martínez se convirtió en la primera diputada del partido de extrema derecha en el Parlamento vasco. Su éxito la trae de vuelta para tratar de mantener el espacio de la ultraderecha en estas elecciones, en las que la mayor parte de los partidos han optado por una renovación de candidaturas.

Fue un éxito "sin precedentes", según las palabras de la formación, aunque lo cierto es que menos de un 2% de los votos en País Vasco se fueron para la ultraderecha: 17.517 personas, concretamente, escogieron la papeleta de Vox; 4.722, la que llevaba su nombre en lo más alto de la lista. Amaia Martínez Grisaleña (Vitoria, 1968) es licenciada en Periodismo, aunque antes de entrar en el Parlamento se dedicó al "ámbito del comercio", según indica su partido. El comercio es una serie de tiendas de armas que gestionaba con su marido, una en Vitoria y otra en Logroño, esta última, cerrada permanentemente.

Martínez es madre de una joven, enfermera de profesión, que vivió la crisis sanitaria de la pandemia como "algo casi personal", tal y como explicaron entonces en El Correo, y aunque asegura que sabe hablar euskera, ya avisó de que no utilizaría este idioma, cooficial en la comunidad autónoma, ejerciendo su cargo de diputada.

A su juicio, dijo al entregar sus credenciales como electa en 2020, lo que une a todos es el "español". Amaia Martínez se refirió a aquellas elecciones como el momento en el que "por fin" se rompió "el silencio de generaciones de vascos que han estado silenciados tanto por el terrorismo y los asesinatos de ETA como, en la actualidad, por el régimen del PNV, que hace y deshace a su antojo con el beneplácito del Gobierno, del PP y de Ciudadanos y de todos los demás". Tuvo para todos, y hasta aseguró que le hacía "ilusión" que algunos partidos propusieran hacerle un cordón sanitario en el Parlamento.

"Jamás una encuesta nos ha sido favorable. Esta es una más"

Amaia Martínez (Vox)

"Cuanto más insulten y silencien a nuestros votantes, más creceremos", dijo entonces. Aunque las encuestas no apuntan en esta dirección: algunas, las más optimistas para la formación de ultraderecha, apuntan a que Martínez podría mantener el escaño; las menos, que lo perderá y Vox desaparecerá del Parlamento vasco. Precisamente a raíz de esto, Martínez aseguraba en EiTB que desde Vox entienden que esto es "lo habitual". "Jamás una encuesta nos ha sido favorable. Esta es una más", ha señalado, recordando que se trata de una "carrera de fondo" y que todavía están en el inicio.

Aun así, Amaia Martínez considera que sí conseguirá "por lo menos" mantener ese escaño ganado en 2020. "Nadie dice que va a votar a Vox, por el miedo que se tiene a significarse con un partido político tan democrático como el resto. Y eso también queda patente en las encuestas", ha justificado.

¿Qué ha hecho Amaia Martínez en estos 4 años?

Poco después de las últimas elecciones vascas, PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU llegaron a un acuerdo para limitar los tiempos de intervención de Vox con respecto al resto de grupos, al no haber conseguido la formación de ultraderecha formar grupo propio y pasar al Grupo Mixto. Al no tener los tres escaños mínimos para tener grupo propio, con este acuerdo Martínez perdía, además, un asesor, correspondiente al Grupo Mixto.

¿Y qué ha pasado con Martínez durante esta última legislatura? Ella misma aseguraba que Vox ha llevado "la voz de los vascos al Parlamento con muchísimos temas que hasta ahora era tabú sacarlos y que son problemas reales de la sociedad vasca" en una reciente entrevista con Gaceta. Sin embargo, en esta misma entrevista (y en muchas otras declaraciones a lo largo de estos cuatro años), Martínez ha criticado ese cordón sanitario que al inicio le hacía gracia. Así pues, ha señalado a los cuatro partidos —PSOE, EH Bildu, Podemos y PNV— que les "han quitado tiempo", "iniciativas" e "incluso el nombre" del Grupo Mixto. "Ha sido una legislatura dura".

A mitad de legislatura, el Tribunal Constitucional acabó dándole la razón y anulando aquel cordón, o al menos parte de él: recuperó para Vox los tiempos de intervención y la capacidad de elegir el nombre a adoptar por el Grupo Mixto, así como la posibilidad de presentar iniciativas parlamentarias al mismo ritmo que el resto de bancadas, aunque mantuvo la decisión de tener un único asesor. "Por fin" entonces, explica la ahora otra vez candidata, "se oyó la voz de Vox en el País Vasco con temas como inmigración, sanidad, imposición del euskera... y todo lo que siempre hemos defendido".

Su postura sobre inmigración le ha valido para ser señalada en más de una ocasión de racista, y sigue insistiendo en que "ETA no se ha disuelto", sino que continúa en el Parlamento Vasco, en el grupo de EH Bildu. En estos cuatro años, entre otras cosas, Amaia Martínez ha sido la única diputada del Parlamento que no participó en los actos institucionales por el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, y junto a PP y Ciudadanos, votó en contra de la Ley de memoria histórica y democrática de Euskadi, que se aprobó gracias a los votos de PNV, EH Bildu y PSE-EE.