En alimentación hay alimentos a los que les persigue la mala fama. Aunque ya superaron su mala racha el aceite de oliva (hace ya bastantes años) o las sardinas (que fueron acusadas de 'malas' porque tenían mucha grasa, que después se descubrió que era saludable), de vez en cuando para otros vuelven a aparecer sus fantasmas del pasado.

El último en sufrirlo es el huevo. Un alimento que, hasta hace no mucho, era uno de los enemigos declarados contra el corazón y la salud cardiovascular. De él se decía que aumentaba el colesterol y que no podíamos comer más de dos a la semana. Hasta llegamos a un punto en el que debatíamos si era mejor la clara o la yema.

Huevos y diabetes

Todo estaba tranquilo para el huevo hasta esta semana, en la que un nuevo estudio los pone en el punto de mira. Según una investigación de la Universidad de Australia del sur, el consumo excesivo de huevos se relacionó con un mayor riesgo de sufrir diabetes. Los investigadores relacionaron el consumo de uno o más huevos al día con un aumento del riesgo de un 60 %.

Desde hace unos años se decía que podíamos consumir uno o incluso dos huevos al día sin tener que preocuparnos. Pero, a raíz de esta publicación, ¿tenemos que volver a la recomendación de máximo 2 o 3 huevos a la semana? No. Por mucho que la noticia empezara por "un estudio dice que…"

¿Por qué? Porque es un estudio observacional. Dicho de otra manera. Se coge un grupo de gente, se le pregunta durante un tiempo qué come y se confrontan con su historial médico y de salud. Y a partir de ahí se sacan conclusiones. Pero que seamos capaces de correlacionar datos no significa que uno sea causa de lo otro.

Puede suponer un punto a estudiar en un futuro, descubriendo si de verdad el huevo tiene la capacidad de aumentar los casos de diabetes y con qué mecanismos se llevaría esto a cabo. O si es el huevo o un componente del huevo. O si influye la forma en que se toman (que, aunque a priori, tiene todas las papeletas para que sí, nunca va a ser lo mismo un huevo pasado por agua que uno frito).

Propiedades del huevo

¿Es tan malo el huevo como lo pintan? No. ¿Es un alimento super sano que podemos comer todo lo que queramos? Tampoco. Y, aunque parezca una respuesta de Perogrullo, no está de más recordar la respuesta. Porque no es la primera vez que cuando algo lo consideramos "bueno" lo comamos por encima de nuestras posibilidades.

Ya pasó con el aceite de oliva virgen extra. Se estableció por estudios que era un alimento con gran poder cardioprotector y lo que entendimos es que podíamos tomar todos los días en nuestra tostada, bien bañada en aceite, casi hasta que chorreara (incluso pinchando el pan con un tenedor para que "empapara" más).

Pero de lo que no cabe duda es que el huevo es un alimento muy completo. Solo con pensar que de él nace una vida cuando está fecundado nos da idea de la gran cantidad de nutrientes que tiene. De hecho, nutricionalmente, se considera uno de los alimentos más completos que existe, tanto por la cantidad de nutrientes, como por su biodisponibilidad. Es decir, que los nutrientes también se absorben y utilizan en el cuerpo en gran cantidad.

El huevo aporta fundamentalmente agua y proteínas, lo que le hace que sea un alimento muy saciante. Además, las proteínas que aporta son de gran calidad y vienen cargadas de aminoácidos esenciales, que es necesario incluir cada día. Y sí, también tiene grasas. Pero, lejos de lo que se pensaba, la mayor parte son insaturadas (un 65%), mientras que solo el 35% son grasas saturadas, lo que hace que sea uno de los alimentos de origen animal con uno de los mejores perfiles de grasas.

Composición nutricional del huevo (100 g)

Energía: 150 kcal

Grasa: 11,1 g

Grasa saturada: 3,1 g

Proteína: 12,5 g

Agua: 76,4 g

Vitamina B3: 3,8 mg

Vitamina B6: 0,12 mg

Vitamina E: 1,11 mg

Vitamina A: 190 mcg

Fósforo: 200 mg

Sodio: 140 mg

Potasio: 130 mg

Calcio: 57 mg

Hierro: 1,9 mg

Zinc: 1,3 mg

Además, aporta una gran cantidad de vitaminas, como la A, B2, biotina, B12, D, E y K, así como minerales, entre los que destacan el fósforo, selenio, hierro, yodo o el zinc. Por decir algunas de sus propiedades, la biotina tiene un papel importante en la salud y protección de la piel, así como la B2 ayuda al crecimiento y a la formación de glóbulos rojos.

También tiene una gran cantidad de antioxidantes y oligoelementos, que ayudan a protegernos de procesos degenerativos, la diabetes (mira tú por dónde) o las enfermedades cardiovasculares. Además, su contenido en luteína y zeaxantina tiene un efecto protector frente a la degeneración de la mácula densa del ojo y de la arteriosclerosis.

¿Cuántos huevos puedo comer?

Seguramente te estarás preguntando cuál es el límite o la recomendación de consumo de los huevos, visto que parece que no hay un consenso científico. Pero según las últimas investigaciones y el consenso entre nutricionistas, un huevo al día, o siete a la semana, no tendría efectos negativos en la salud.

Lo que hay que tener en cuenta es que siempre hablamos dentro de una dieta bien planteada y saludable. Si el resto de nuestra dieta no hay por donde cogerla, da igual ocho que ochenta, nuestra salud se va a ver comprometida. También debemos tener en cuenta a qué alimento desplaza. Es decir, si comemos huevo en vez de carne es mucho mejor que si comemos huevo, pero lo que estamos olvidando es comer pescado.

Por supuesto también influye la forma en que lo consumimos, siendo la plancha, escalfados, revueltos o en tortilla francesa ejemplos de preparaciones saludables, mientras que los fritos no sería algo para consumir ni todos los días ni varias veces a la semana (y si me apuras, ni al mes).

Eso sí, siempre acompañados de una buena ración de verduras y otros alimentos saludables. Por eso, un revuelto de espárragos trigueros sería una opción estupenda para comerlo, mientras que unos huevos rotos con jamón y patatas fritas, por muy bueno que sea el jamón, no nos vale para esto de un huevo al día.