Bueno a ver. Todavía me estoy recuperando del concierto que dio Silvia Pérez Cruz, my favourite, en la Trini de Donosti en Jazzaldia. Te lo digo de verdad: esta mujer me emociona, siempre me hace llorar la tía. También hace llorar a mi madre, a la que se la descubrí hace tres años y, en medio de un concierto en un teatro tras cantar Silvia Compañero (elegía a Ramón Sijé), se levantó como si se fuese a tirar al escenario. Pero no: dio tan solo un respingo, se quedó quieta de pie y, mientras alzaba los brazos en cruz –no te creas que muy deprisa, no, no, fue algo muy performático, a cámara lenta, a lo Sam Peckinpah–, con las palmas abiertas y la cara desencajada, llorada perdida, gritó: "¡Silviaaaaa, te quiero!". Qué vergüenza me hizo pasar mi madre y su intensidad, pero mira, la entiendo y la quiero y esto es un hit en mi casa ya para siempre. Mi madre es genial. Y Silvia también. Bueno ya.

A ver, que está todo el mundo recomendando lecturas de verano y yo no voy a ser menos, amigas. Os voy a hacer una minilista y no necesariamente van a ser títulos publicados este año. Unos sí, pero otros no ¿ok? ¡OK!

Mi primera recomendación es ya un libro de culto, y solo tiene unos meses (la edición en castellano): 'Mi año de descanso y relajación', de Otessa Moshfeg (Alfaguara). En sus páginas la autora lleva hasta el extremo la sabia idea de que, en ocasiones, es mejor dormir que vivir. La protagonista, una joven huérfana de 26 años que se odia a sí misma y a sus circunstancias y que es incapaz de enfrentarse a la vida, sus rudimentos y sus habitantes, se pasa un año hinchándose a narcóticos en su lujoso apartamento del Upper East Side, viendo medio somnolienta VHS de Whoopi Goldberg y Harrison Ford, e interactuando con una amiga, Reva, a la que detesta, y con una psiquiatra chiflada que le suministra los somníferos y los ansiolíticos. Todo esto, en el Nueva York pre-11-S. Moshfeg es hilarante, ingeniosa y cínica. ¿Cómo es la idea de escribir un libro sobre una joven guapa y rica que quiere dormir un año entero a ver si se le pasa la melancolía y la desidia de vivir? ¿No es genial? Es genial. Bueno, es que te va a chiflar.

Seguimos. Pasamos a un ensayo, 'Capitalismo y cuerpo. Crítica de la razón masculina' (Cátedra), de Mercedes Fernández Martorell. Un interesantísimo repaso al concepto del cuerpo, desde el siglo XVI hasta la actualidad, que recorre las relaciones de poder, políticas y económicas, poniendo enfásis en cómo el capitalismo destruyó definitivamente la libertad de la mujer. La autora disecciona acontecimientos históricos como la caza de brujas en Europa, donde analiza qué hizo que se construyera a la mujer como población "matable" (esto es de Judith Butler), cuando a las mujeres las quemaban vivas tras culparlas de comer niños, de transformarse en animal, de desenterrar muertos… Te cuenta cómo en el siglo XVI y XVII las mujeres fueron declaradas enemigas de la humanidad. O cómo a partir del siglo XVIII se abandonó el entendimiento del cuerpo único pasando a dual (hasta entonces los órganos femeninos habían sido considerados versiones interiores de los masculinos: es decir, la matriz era un falo para dentro….). También descubrimos que la Revolución Francesa fue un periodo increíblemente misógino, y que las mujeres que se habían significado políticamente antes, durante o tras la revolución fueron guillotinadas o exiliadas. Y llega hasta la actualidad, cuando el cuerpo se ha multiplicado en más categorías que las de mujer y hombre: transexual, bisexual, gay, lesbiana, intersexual, queer… Un ensayo interesantísimo sobre el que debatir en la cena, en la terraza, a la luz de la farola del porche. Luego en los chupitos ya podrás montar el pollo porque te morirás y no verás la igualdad ni por asomo en tu existencia. Lo que te queda de plastas y machirulos.

Uno de los libros de mi vida lo reeditó con mucho mimo el año pasado la editorial Navona: 'Noches Insomnes', de Elisabeth Hardwick. La autora escribió esta obra maestra con 63 años, y es una suerte de ensayo y diario y memorias y crónica y lo que se tercie –porque aquí hay una libertad estructural y estílistica de no te menees– sobre la vida de la protagonista, Elisabeth. O más bien sobre los personajes que pasan por su vida. Nos habla por ejemplo de su amistad con un joven gay, "la nuestra era una amistad violenta, y éramos tan obsesivos, críticos, celosos y crueles como una pareja cualquiera". BRILLIANT. Nos habla de los clubes de jazz de la época (años cuarenta). De su amistad con Billie Holiday, del amor, del dolor, de aventuras con amantes intensos y absorbentes… Al final lo que hace la escritora es retratar la fugaz futilidad de la existencia humana, y esto que acabo de decir es un topicazo, pero es la vérité. Está tan bien escrito que da igual de los que hable la Hardwick.

Y ya por último, aunque podría seguir: 'La hermana menor. Un retrato de Silvina Ocampo', de Mariana Enriquez editado por Anagrama. Este libro también es de 2018. Me lo leí el verano pasado, pero es que creo que me lo voy a volver a leer otra vez. Es genial. Mariana Enriquez me encanta, y en esta ocasión la autora argentina retrata a otra gran y genuina escritora y paisana, Silvina Ocampo. Un periplo narrativo que arranca en su infancia pero tiene sus puntos calientes en su vida con su marido Adolfo Bioy Casares –una historia de amor despiadada y tóxica–, la amistad que mantenían con Borges o el idilio de Silvina con Alejandra Pizarnik, intercalando testimonios, biografías, entrevistas, cartas que reconstruyen una vida apasionante. Silvina Ocampo era una mujer con muchísimo carisma y muchísima personalidad, y una escritora brillante que no logró ocupar el lugar literario que deseaba o merecía en aquella época. Es un libro que atraviesa la intimidad de una personalidad arrolladora y absolutamente seductora. Imprescindible.

¡Buen verano!