Amazon es un imperio con el único que objetivo de hacerse con la mayor cuota de mercado posible. Para lograr ese objetivo pasará sobre quién sea necesario y será la justicia quien se encargue de la presunta competencia desleal con la que lamina el sector de las librerías.

Pero el gigante americano no es el único responsable de la debacle de estos establecimientos. si queremos salvar el pequeño comercio, entre el que se incluyen las pequeñas librerías de barrio tan baqueteadas por una crisis sin fin que las diezma año a año, debemos hacer una reflexión más profunda.

Si se venden menos libros en la recoleta librería de su barrio es también porque cada vez se lee menos. Y ahí la responsabilidad no es de ninguna malvada corporación con ansia de concentrar poder. Es producto de abandonar una sana tradición que sólo nos hace mejores y más críticos.

Leer es una vacuna contra muchas de las cosas que nos escandalizan. Contra tanta mentira y manipulación. Practíquenlo. Salven las librerías y de paso su alma.