Vamos con nuestro capítulo habitual de simplezas políticas, más propias de una precampaña electoral que de líderes serios que estén pensando en solucionar los problemas de los ciudadanos. De hecho, casi todos están protagonizando ya mítines los fines de semana y por los mensajes vacuos que en ellos lanzan, parece que nadie ve factible un acuerdo de investidura a última hora, sino más bien una nueva visita a las urnas. Comencemos con Pablo Casado. El Presidente del PP ha dicho que "el líder socialista no quiere llegar a ningún acuerdo de moderación, porque no es un moderado, es un radical".

¿Se puede saber, según Casado, a qué supuesto acuerdo de moderación podría llegar el PSOE si nadie quiere negociar? De hecho, Casado ha añadido: "Con los que son radicales, el PP no puede facilitar una investidura que sería letal para nuestra prosperidad futura". Si su partido o Ciudadanos, al que imagino que también consideran moderado, negociara con Sánchez, saldrían las cuentas y no haría falta ningún radical. Por último, el candidato popular ha reprochado al Presidente del Gobierno en funciones que no sea capaz de unir. Nunca le escuché decir lo mismo de Mariano Rajoy, cuando era su jefe y no conseguía pactar con nadie para evitar elecciones. De verdad, seamos serios. A nadie le interesa unirse con nadie y punto. No se mueven por convicciones, ni por principios, ni por el país, sino por sus propios intereses y sus necesidades estratégicas.

Después está Albert Rivera. Sigue refiriéndose a los supuestos aliados de Sánchez como "banda", a pesar de que han conseguido los votos de manera tan legítima como él. Por mucho que haya partidos que no le gusten, como a todos, debería de salir del barro para lanzar mensajes algo más elaborados. Es verdad que, por ejemplo, pactando con Bildu en Navarra, el PSOE está cerrándose puertas en el Congreso de los Diputados, pero no se hace ningún bien a nuestra democracia cuando se habla del resto de formaciones como "banda".

Conviene recordar, por otra parte, que ni Rivera ni Casado aportan ninguna solución, más allá de declaraciones gruesas o incoherentes con su propia trayectoria. El líder de Ciudadanos, que gobierna con el PP en territorios importantes, dice además que él no ha establecido alianzas para tapar "la basura", en alusión a las polémicas que salpican a la Presidenta de Madrid. Cierto, no hay que tapar las vergüenzas de nadie. Pero, ¿por qué pacta con quien, según él, tiene "basura"? Y si no le gusta la "basura" que está saliendo, ¿por qué no rompe la coalición?

Y por último, me voy a detener en Pedro Sánchez. Mantiene que Unidas Podemos debe aceptar el acuerdo programático, porque es la única oferta posible. Dice que, de esa manera, el 10 de noviembre no habrá elecciones y podremos verles mano a mano trabajando, entre otras cosas, "para derogar la reforma laboral". Es la enésima vez que lo promete. Y eso que esta legislatura dijo que era imposible. O sea, vuelven las promesas electorales.