Alberto Núñez Feijóo convocó una manifestación contraintuitiva porque llamaba a los suyos a concentrarse contra la mafia y a favor de la democracia y, claro, muchos no se dieron por enterados porque no les quedaba claro cuál era su lugar en esa dicotomía. Era fácil prever que el PP y la derecha que le sirve intentarían hacer pasar cualquier mitin normalito por una manifestación clamorosa y masiva. Esta vez lo hicieron con la concentración en Plaza de España contra el gobierno con el título de “Mafia o democracia”. Como eran previsibles sus valoraciones, me estuve preparando para analizar de manera mucho más fidedigna la capacidad de gente que Feijóo fue capaz de convocar. Más de 100.000 personas protestan contra el Ejecutivo, decían nada más terminar la manifestación los medios de la derecha replicando la propaganda del PP. Pocos me parecen para protestar contra una mafia que ocupa el Ejecutivo en medio de una dictadura bolivariana como denuncia Ayuso, pero es que encima no es posible que hubiera tantas personas. La verdad es que hubiera sido un pinchazo solo meter a 100.000, pero es que encima no han llegado ni a la mitad.

Lo primero es explicar cómo se puede medir la asistencia a una manifestación. Se trata de hacer un cálculo sencillo que consiste en multiplicar los metros cuadrados disponibles por las personas por metro cuadrado que se encuentran en la concentración. Según las tablas aceptadas por todos los métodos de medición, se explica que el umbral máximo que supera el riesgo para la seguridad, aplastamiento y asfixia es de cinco personas por metro cuadrado. Lo normal es que haya dos personas por metro cuadrado y cuatro significaría una concentración con alta afluencia donde no es posible moverse.

La superficie máxima de Plaza de España es de 4 hectáreas medidas con el visor SigPac del Ministerio de Agricultura. Como mínimo a esa superficie hay que restarle unos 7000 m2 de los monumentos y edificios que ocupan espacio y sobre los que no puede haber nadie. Es una estimación mínima en la que solo se ha restado el monumento central y el restaurante. Es decir, a los 40.000 m2 iniciales se les restan 7.000 y quedan 33.000 m2 disponibles. Y ahí empieza la multiplicación. La afluencia máxima rozando el colapso de seguridad sería 165.000 personas ocupando cinco personas por metro cuadrado. Lo normal, lo más posible, es que haya una media de dos personas por metro cuadrado harían un total de 66.000 asistentes. Esta cuenta está hecha ocupando toda la Plaza de España, algo que no ha ocurrido viendo las imágenes que se han facilitado. Es decir, en la más ambiciosa de las posibilidades físicas de ocupación de Plaza de España solo se pueden reunir 165.000 personas. Sin moverse nada. Paradas, pegadas unas con otras y sin restar mobiliario urbano. Es decir, imposible.

Viendo las imágenes la asistencia ha oscilado en las dos o tres personas por metro cuadrado ocupando la mitad de la Plaza de España, ya que los asistentes estaban hasta el monumento, lo que arrojaría un número de asistentes entre 34.000 y 51.000. Sumando las personas en las calles aledañas (Gran Vía y Princesa), con una ocupación de dos personas por m2 y con una estimación de ocupación muy alta habría que sumar 16.000 a la estimación, siempre contando que estuvieran quietos y sin moverse. En total, a la manifestación habrían acudido entre 50.000 y 67.000 personas.

Lo realista, siendo generoso con las estimaciones porque la ocupación nunca es la misma en toda la superficie, ha sido una ocupación de 16.000 m2, lo que implicaría que con 3 personas por metro cuadrado habría dado una asistencia de 48.000 personas. Según Delegación del Gobierno la asistencia ha sido de 50.000 personas, una aproximación muy fiable. El PP de Andalucía hablaba de 100.000 personas, lo que implicaría que hubiera tres personas por m2 ocupando toda la Plaza de España y la manifestación ocupaba la mitad. Con la superficie ocupada realista significaría que habría más de 6 personas por metro cuadrado, lo que habría significado un riesgo de muerte por aplastamiento. No existen estimaciones realistas que puedan dar más de 50.000 asistentes.

Al PP de Alberto Núñez Feijóo le pueden el ansia y las expectativas. En un momento de presión golpista contra el Ejecutivo, cuando consiguen tenerle arrinconado, le puede la falta de paciencia y realiza un movimiento que vuelve a situar al PSOE en una situación de comodidad. La lógica política diría que cuando el Gobierno está en una mala situación por sus errores y por la presión de los medios que sirven de propagandistas de la derecha Feijóo tendría que quedarse quieto para no darle aire a Pedro Sánchez. Pero no puede, esta semana se comenzará hablando del pinchazo de Feijóo incapaz de reunir a más de 40.000 personas haciendo que venga en autobús hasta el último militante de Alcantarilla. "Ríndase a la democracia", le decía Feijóo a Pedro Sánchez mientras sigue sin digerir que los españoles le dieron la espalda en las elecciones y por lo que se vio en Plaza de España también en el partido porque dejaron claro que prefieren a Ayuso. "Tú sí que vales", le gritaban. Eso en el español que tanto les gusta significa que Feijóo ya no les sirve.