No hay ninguna burla en el titular. Lo creo de verdad. Es completamente normal que sea completamente inasumible para un ser humano seguir actuando con normalidad después de lo que ocurrió en el funeral de Estado. El sufrimiento y el dolor de Carlos Mazón no es difícil de creer, solo imaginen tener bajo su conciencia la muerte de 229 personas y es posible que les sea sencillo empatizar y comprender que eso no es soportable para cualquier ser humano funcional. Es lo primero que pensé en cuanto escuché los gritos de las víctimas hacia Mazón, el cómo era posible que a alguien le compensara seguir en el cargo con ese peso emocional. No era capaz de concebirlo.

El problema no es que pueda empatizar con ese sufrimiento, pero lo que Carlos Mazón ha dejado claro es que su egoísmo es superior a ese dolor. Porque si la empatía que algunos podemos mostrar hacia esa incapacidad por seguir soportando tanta presión existe, no es menos cierto que el expresident nunca ha dejado visible que él mostrara esa empatía hacia las víctimas en primer orden, las valencianas después y todos aquellos que sin serlo no éramos capaces de comprender cómo su pervivencia a través de la mentira era lo único prioritario para su propio ego. La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar de los demás y entender las motivaciones que lleven a comprender sus actos. Por eso, algunos entendemos que Mazón no pueda más, por eso también podemos concluir que Mazón solo ha pensado en sí mismo y en sus intereses y que le han importado una mierda los demás.

Empatizar con el dolor ajeno no es óbice para analizar que el único dolor que ha importado a Mazón es el suyo propio y que con su actitud, sus mentiras, su condescendencia, la ocultación de lo que ocurrió aquella tarde en 'El Ventorro' y el intento por eludir su responsabilidad aumentaba el dolor de manera inimaginable para las familias de las 229 víctimas. A Carlos Mazón un médico le ha aconsejado que descanse. Como veréis, ellos no se cogen la baja, a ellos un médico les aconseja que descansen, porque es un derecho laboral y porque sufre y porque los de derechas descansan por prescripción mientras los de izquierdas se cogen la baja obligando a los médicos a que se la concedan en contra de su responsabilidad profesional. Para ellos los derechos nunca se discuten y el lenguaje nunca es inocente.

No me siento cómodo cuando se deshumaniza a quien muestra debilidad, incluso de manera tan disfuncional como lo hizo Carlos Mazón, en una comparecenciaen la que estaba más interesado en eludir su responsabilidad, mentir, culpar a cualquiera menos a él, como máximo responsable, y buscarse el acomodo político más eficiente para eludir su comparecencia ante la jueza de Catarroja. Pero que yo no me sienta cómodo en esa manera de proceder no significa que todos aquellos que ignoren la excusa de la salud mental como artificio para evitar la crítica tengan razón y piensen que un tipo que ha demostrado más miseria que humanidad ahora simplemente esté fingiendo.

La empatía tiene que estar, por encima de todo, en el lugar de las familias de las víctimas que Mazón lleva despreciando un año. No puede pasarse por alto que aquellos que, cuando se debatía en el Congreso la necesidad de abordar la salud mental le espetaron en tono de burla al ponente un lesivo "vete al médico", esos mismos ahora han identificado que poner en el debate que tienes un problema de salud mental es un parapeto para mitigar la crítica de los adversarios políticos de izquierda. Tienen razón, habrá algo más de mesura cuando a la inversa solo habría burla y escarnio.

Lo intento. Con todas mis fuerzas. Pero es que no puedo dejar de pensar que la degeneración de la sanidad pública hará imposible a muchos de esos familiares tener un psicólogo si no pueden pagárselo y la empatía por el dolor y sufrimiento de Mazón se me acaba diluyendo. Es una lucha interna entre la consciencia por el análisis político descarnada que este hombre merece y la prudencia por si ese sufrimiento interno de Mazón, que yo sentiría y no soportaría, es real. Entiendo que quienes siguen mi trabajo buscarían en este texto una katana ensangrentada con vísceras de Mazón, pero es que el expresident ha provocado tanto dolor que no soy capaz de escribir más que estas líneas de sobrecogimiento intentando que el sufrimiento de todo el mundo empiece a remitir de alguna manera. Todas merecen descansar, sobre todo las familias de las víctimas de la política negligente de Mazón.

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