De las hormigas sabemos que son muy fuerte y organizadas, que trabajan mucho y son perseverantes. Y si tienes la (mala) suerte de tener hormigas en casa, habrás podido observar que también son bastante testarudas. No desisten fácilmente. Y si les gusta tu casa, no se irán fácilmente.

En el mundo existen 10.000 especies de hormigas diferentes. Suelen vivir bajo tierra en colonias en las que hay dos tipos de hormigas: la reina y las obreras. Caminan formando hileras en las que transportar el alimento. Una de sus características principales es que son pueden cargar hasta 50 veces su peso.

Las hormigas se alimentan sobre todo de plantas, la miel y el néctar. Son las hormigas obreras las encargadas de salir de los nidos subterráneos en busca de alimento, para lo que necesitan construir caminos estables que se utilizan durante meses o años.

Así que ahí las tienes, llevando tus miguitas de pan entre sus poderosas mandíbulas de un lado para otro, tan felices, mientras mueven sus grandes antenas articuladas. Y tú las miras preguntándote sin parar cómo echar las hormigas de casa. Bien, aquí van unos consejos.

Remedios caseros para echar a las hormigas de casa

Hay varios aromas que las pequeñas hormigas no soportan. Puedes jugar con ellos para tratar de alejarlas de tu casa. Ponlos por los lugares por los que han trazado sus recorridos para cortar sus rutas habituales y también para interferir en su comunicación. Las hormigas se comunican entre ellas mediante sustancias químicas (secreción de feromonas percibidas por sus antenas) que sirven también para alertar a las demás de los posibles peligros.

1. Limón: este cítrico tiene un componente que resulta tóxico para las hormigas y borra su rastro. Exprime limón o coloca las cáscaras cerca de sus puntos de entrada a tu casa (pequeñas grietas y hendiduras, tablas del suelo o alféizares de las ventanas). Pero recuerda que este método natural no sirve para matar a las hormigas, sino que es un remedio temporal para interrumpir los rastros de olor que siguen para guiarse.

2. Vinagre blanco: sucede igual que con el limón. El vinagre es un método natural para alejar a las hormigas de casa. Su fuerte olor interfiere con las feromonas que las hormigas utilizan para comunicarse. Pone en una botella con spray la mitad de vinagre y la mitad de agua. Pulveriza en los puntos más comunes en los que las hormigas aparecen en tu casa (armarios, estanterías o zócalos). Una vez hecho esto, limpia las marcas del spray con una toalla de papel húmeda. No obstante, este método no será suficientemente efectivo si tienes una infestación de hormigas bastante grande en casa ni tampoco servirá para prevenir futuras infestaciones.

3. Canela: espolvorea canela molida sobre las superficies por las que las hormigas entran en casa, como pueden ser los rieles de las ventanas o las puertas. La canela actúa como un bloqueador de caminos. De la misma manera actúan el

4. Polvo de talco

5. Ajo molido

Con estos métodos estamos echando a las hormigas de la casa, ahuyentándolas, pero no eliminándolas por completo.

6. Bicarbonato y azúcar: mezcla partes iguales de bicarbonato de sodio y azúcar en polvo. Vierte la mezcla en un recipiente o cuenco poco profundo y colócalo cerca del camino que suelen seguir las hormigas. Él atraerá a las hormigas a la mezcla, la llevarán a su nido y se la comerán. El bicarbonato altera el equilibrio del pH del cuerpo. Mientras que para los humanos está bien, en las hormigas es mortal. Cuando las hormigas comen el bicarbonato de sodio, este reacciona con las sustancias químicas digestivas de las hormigas y produce dióxido de carbono y acaban secándose.

7. Tiza: ¿sabías que una hormiga nunca cruzará una línea de tiza? La tiza interrumpe sus rastros de feromonas y desvía su comunicación con los demás miembros de la colonia. Trazar una línea de tiza entre la entrada de las hormigas y su fuente de alimento les impedirá acceder a la comida.

Cómo prevenir hormigas en casa

Ahora que has logrado librarte de ellas, recuerda estos consejos para no volver a tener hormigas en casa.

1. Mantener una buena limpieza. Por ejemplo, retirar rápidamente los alimentos y líquidos derramados.

2. Barrer las migas de comida de debajo de los electrodomésticos y muebles de la cocina.

3. Guardar los alimentos en recipientes herméticos siempre que sea posible.

4. Sellar los posibles puntos de entrada a la casa sellando todas las grietas y hendiduras alrededor de las puertas y las ventanas.