Las judías verdes tienen muchos minerales y vitaminas. Podemos decir que es una hortaliza por fuera y por dentro una legumbre, aunque desde el punto de vista de la botánica se considera una legumbre, la judía verde se cocina y consume como una hortaliza.

Aunque hoy en día se encuentran en el mercado durante todo el año, congelar las judías verdes es una opción inteligente a la que optar por diversas razones. Si tienes judías verdes y quieres saber cuál es la mejor manera de congelarlas, estas en el sitio adecuado. Debes conocer la mejor técnica para que queden crujientes y mantengan su característico color. Es sencillo, pero no todo el mundo lo sabe.

Cómo congelar las judías verdes (bien)

1. Prepara las judías verdes. Lava bien, corta los bordes, quita las posibles hebras y trocea al tamaño deseado.

2. Escaldar o blanquear. Se trata de meter las judías verdes en agua salada hirviendo de uno a tres minutos (en función del grosor y cómo las hayas cortado). Con este proceso se logra que una vez descongeladas sigan estando crujientes y mantengan su color verde. Una vez pasado ese tiempo, saca las judías verdes y escúrrelas en un colador. Luego colócalas en un recipiente con agua muy fría, con algunos cubitos de hielo si es posible, y déjalas enfriar durante uno o dos minutos.

3. Secado. Pasado este tiempo, escúrrelas bien y procede a colocarlas sobre papel de cocina hasta que se sequen del todo. Este paso es decisivo porque si las judías no se secan bien, el agua que quede quemará su superficie.

4. A congelar. Una vez secas del todo, las puedes poner en el congelador dentro de un recipiente adecuado o una bolsa de congelación o bolsa al vacío. Recuerda congelarlas en pequeñas porciones para sacarlas cómodamente. Cuando vayas a comerlas solo tienes que ponerlas en agua hirviendo durante 30 minutos sin descongelar. Añádelas a la olla con agua hirviendo y se descongelarán al mismo tiempo que se cocinan.

Las judías verdes aportan una importante cantidad de fibra y tiene además un poderoso diurético por su contenido en potasio y la baja presencia de sodio. La judía verde es rica sobre todo en vitamina C, aunque también en vitaminas del grupo B, como la B6 y la B9 o ácido fólico. Además, tiene un alto porcentaje de agua y muy poca grasa, siendo un alimento de fácil digestión.

Por último, debes saber que también se pueden congelar las judías verdes crudas, sin hacer ningún proceso previo aparte de lavarlas y quitarles las partes duras. Es más rápido, sin duda. Las judías verdes sin escaldar tienden a volverse de color verde grisáceo y se vuelven ligeramente más duras en el congelador, pero siguen estando ricas. Todo es cuestión de prioridades ¡y tiempo!