Carlos y Olgaperdieron a su hija Ariadna por suicidio, recién cumplidos los 18 años. Era 2015 y el suicidio era un tema tabú. En 2023, sólo lo es un poco menos. Bien es cierto que ahora se habla más de salud mental pero aún queda mucho por hacer: "No hay aún un plan nacional de prevención contra el suicidio", lamenta Carlos a laSexta.com a través del teléfono.

"Y sería fundamental hacerlo porque nadie está a salvo de nada. Todos conocemos algún caso más o menos cercano". Todos podemos sufrir sus consecuencias y todos podemos ser víctimas. "Por ello, como sociedad, necesitamos herramientas para saber cómo actuar, para saber qué hacer, qué decir y sobre todo qué no decir, más aún las familias", confiesa.

Porque, por ejemplo, "cuando vemos triste a nuestros hijos, no podemos decirles que 'no pasa nada, que ya pasará, que no se preocupe', porque de este modo, estamos quitando valor a lo sienten", asegura Carlos que junto con su mujer Olga, ayuda con cursos de formación para el SUMMA y Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, para dar apoyo a familiares que han perdido un ser querido por suicidio. También en el centro Psicólogos Princesa 81 y Asociación P81 Social.

En España, se contabilizan de media unos 10 suicidiosal día: 10 personas se quitan la vida cada día en nuestro país, pero preocupa todavía más o al menos, llama mucho más la atención en los menores. Según el Informe Anual 2022 del Teléfono/Chat ANAR, de la Fundación ANAR, "la conducta suicida en niños y adolescentes se ha multiplicado por 34,8 en la última década, disparándose un 3.376%".

La formación es clave: qué decir y qué no decir

Una de las claves es sin duda la formación: "Que todos los padres y madres reciban la formación adecuada para saber actuar ante situaciones de riesgo y vulnerables, una formación y un acompañamiento humano y adecuado, porque no sólo hay que atender a la persona en riesgo sino también a su familia y su entorno", explica Luis Fernando López, psicólogo, psicoterapeuta y director del área de salud del ISNISS.

Muchas veces los padres y madres no saben cómo actuar cuando sus hijos están tristes, más aún en la adolescencia, una etapa en la que hay muchos cambios importantes. Por ello es importante hablar, y hablar de todo. Aunque dé miedo, aunque dé respeto y temor.

"Es fundamental que exista formación, que las familias tengan herramientas para poder hablar con sus hijos ante situaciones de riesgo y vulnerabilidad, que sepamos qué hacer. También, por supuesto, en la ámbito educativo", comenta Carlos.

En el caso de su hija Ariadna todo pasó muy, muy rápido: en sólo 3 meses. Sus padres la veían triste, la venían mal, les decía que no quería estudiar y ellos intentaron la ayudaron: "Pero no sabíamos ver qué le pasaba realmente, no sabíamos qué decirle", lamenta Carlos que con el paso del tiempo, valora todavía más la importancia de que el suicidio deje de ser un tabú de una vez por todas.

Carlos y Olga pidieron ayuda a un psicólogo especializado en adolescencia, pero no sirvió de nada. "Porque realmente es muy importante que los profesionales sean verdaderos especialistas, que tengan formación en suicidios. Nosotros, incluso damos charlas a psicólogos. Porque se necesita mucha más formación", dice Carlos.

Normalizar los problemas, hablar de ellos: hablar del dolor

También se necesita relativizar todo lo que acontece al suicidio, es decir, "que no veamos con miedo el tener ideas o tentativas suicidas, que todos podemos tenemos problemas en algún momento y todos podemos ser vulnerables en según qué circunstancias", dice Carlos, aconsejando a las familias que no tengan miedo en preguntarles directamente a sus hijos/as.

"Si les ven triste, si le ven, como padres/madre, que les pasa algo, que no tengan miedo en preguntarle. Porque normalmente, "cuando un hijo/a piensa en ello, no se lo dice a sus padres, porque piensa que va a preocuparles. Por ello, es mejor que se lo digamos nosotros, que le preguntemos. Que relativicemos esos pensamientos que podemos tener en algún momento, porque todos tenemos problemas".

De hecho y como explicamos en el artículo El suicidio en los menores, "las ideas suicidas aumentan con la edad: el porcentaje de niños y niñas entre 4 y 8 años con este tipo de pensamientos es de un 2%, fracción que se triplica en la adolescencia, alcanzando un 6% en el grupo entre 13 y 16 años".

También en este artículo enumerábamoslas señales de alerta para ayudar a las familiasa saber que sus hijos/as pueden estar en situaciones de riesgo o vulnerabilidad. "Es muy importante estar atento a sus cambios, preguntarles, dar valor a lo que sienten e intentar acercarnos a ellos, sin juzgarles".