Lahipertensión afecta a un 40% de la población española, según el estudio español Di@bet.es. Es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Es decir, un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, que siguen siendo la primera causa de muerte en España y en el mundo.

"En el 2020, murió el doble de personas por hipertensión que por COVID-19. Estamos hablando de un verdadero problema que debemos solventar cuanto antes", afirma a laSexta.com el Dr. José Antonio García Donaire, presidente Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LELHA) y nefrólogo de la Unidad de Hipertensión en Hospital Clínico San Carlos (Madrid).

"Y esta es la verdadera pandemia que tenemos realmente todos los años porque además, y según apuntó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un reciente documento, sólo 1 de cada 3 pacientes con hipertensión están controlados", añade el doctor.

Pero además de la falta de control en los pacientes con esta enfermedad, existen más problemas en torno a ella. Según cuenta por su parte el Dr. José Luis Palma, cardiólogo y vicepresidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), la hipertensión cumple lo que los médicos llamamos la regla de las mitades, es decir: de 100 personas con hipertensión, la mitad ignora que la tiene. De esas 50 personas que sí saben que la tienen, el 50% deciden no seguir el tratamiento o no seguir correctamente con él y de ellos, pocos tienen la tensión controlada.

"Y una hipertensión mal controlada es el primer factor de riesgo cardiovascular para producir un infarto de miocardio en el hombre e ictus en la mujer", añade el experto. Es por ello, fundamental, aunque a veces cueste, seguir el tratamiento, incluso, aunque nos sintamos mejor y tengamos la presión arterial en niveles adecuados.

Además, debemos recordar que "normalmente, la hipertensión no viaja sola, es decir, normalmente la acompañan otros factores de riesgo cardiovasculares como son la diabetes, el colesterol, la obesidad, el fumar, el estrés, etc", sostiene el experto. En esta página de la FEC podemos conocer todos los factores de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular.

"Son factores de riesgo que unido a la hipertensión multiplica exponencialmente el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca. Un paciente con hipertensión tiene 3 veces más riesgo de tener un infarto de miocardio que una persona que no la tiene, pero si además ese paciente fuma, el riesgo se multiplica", afirma el doctor Palma.

"Cuando tenemos la presión controlada significa que cada vez que nos tomemos la tensión tengamos menos de 140-90 o 14-9 como se dice coloquialmente", afirma el doctor García Donaire. De forma más específica, tal como se expone en este informe de la FEC, la presión arterial está controlado cuando la presión arterial sistólica o máxima tiene valores entre 120-129 mmHg y entre 80 y 84 mmHg los de diastólica o mínima.

Por su parte, se dice que tenemos la presión normal-alta cuando "las cifras de la presión sistólica están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos".

Según las recomendaciones médicas es importante que a partir de los 35-40 años nos midamos al menos una vez al año la tensión; más frecuente aún a partir de los 65 años: "Se sabe que partir de los 60-65 años, dos de cada tres varones son hipertensos y una de cada dos mujeres tienen trastornos de la tensión, porque después de la menopausia hay componentes que hacen que las arterias se vuelven más rígidas y eso puede subir la presión arterial", informa el doctor Palma.

Importan los dos valores: sistólica y diastólica (la alta y la baja)

"Uno de los mitos más comunes de la hipertensión es que se suele pensar que la tensión baja (diastólica, la mínima) es la más peligrosa y eso es mentira. Ya que de los dos componentes es la presión arterial es la máxima o sistólica la que se relaciona más con la muertes por enfermedades cardiovasculares", explica el doctor García Donaire.

Es importante no obstante, prestar atención a ambos valores: hay que tener bien los dos valores para tener la tensión controlada. Además y como explica el citado informe de la FEC, "se puede hablar de presión arterial alta, normal o baja, pero nunca de compensada o descompensada".

Es importante tener controlados los dos niveles, porque estaría tan mal o sería negativo tener elevada ambas presiones (la máxima y la mínima); tener elevada una de ellas o tener una alta y otra baja. En resumen: los dos valores deben estar en los niveles adecuados.

Tomar la medicación y seguir con las pautas de estilo de vida

Otro de los mitos que circulan en torno a la hipertensión es que si tomas la medicación, ya puedas comer o hacer lo que quieras. Sin embargo, es fundamental, que se sigan los tres pilares fundamentales del tratamiento de la hipertensión: alimentación baja en sal; ejercicio físico y medicación pautada.

"El tratamiento médico de la hipertensión se inicia con lo que llamamos cambios en el estilo de vida: normalizar el peso, seguir la dieta mediterránea con poca sal y sin sal, mejor; y realizar ejercicio físico. Y si a pesar de estas medidas, el paciente siguen teniendo cifras altas de presión arterial, se recurre a la medicación antihipertensiva", explica el doctor Palma.

"Hacer bien el ejercicio físico y seguir una dieta mediterránea baja en sal es más importante que cualquier medicación. Si tú haces bien estas dos cosas, lo normal es bajar la medicación, es decir, lejos de ponerte más pastillas o más medicación, te las voy a rebajar", comenta García Donaire. No obstante, y como hemos dicho antes, es importante seguir la medicación a rajatabla aunque nos sintamos mejor o aunque tengamos la tensión bien controlada. Sin embargo "sólo el 25% toma la medicación correctamente y esto es un error", afirma el experto.

Dieta mediterránea (baja en sal)

En cuanto a la alimentación es cierto que "la sal (el sodio) es el enemigo número 1 de la hipertensión", sostiene el experto. Por ello es fundamental seguir una dieta mediterránea baja en sal. La OMS indica en población sana no tomar más de 5 gramos de sal al día; pero las personas con hipertensión no deberían superar los 2-3 gramos diarios, a veces, incluso menos", añade Palma.

Por ello, y como explicamos en este artículo es importante sustituir la sal por especias y tener cuidado con la sal invisible, es decir, con aquello que se esconde en aquellos productos procesados y ultraprocesados que llevan gran cantidad de sal en su contenido. "Cuidado también con aquellos productos que ponen "sin sal añadida", esto no significa que el alimento o el producto en sí no tenga sal, sino que no le han añadido más", explica García Donaire.

En cuanto al ejercicio físico -recomienda el doctor- es aconsejable realizar ejercicio físico aeróbico moderado (no debe sobrepasar los 140 latidos por minuto) unos 5 días a la semana. Por ejemplo, 5 horas a la semana caminar de forma ligera o realizar alguna actividad que nos guste.

Por último, explica el doctor García Donaire, existen a nivel médico, algunos aparatajes que combinado con lo anterior, van dirigidos a bajar la presión arterial en pacientes muy mal controlados. Es decir, "aquellos pacientes cuya tensión no se controla con esos tres pilares fundamentales (dieta, ejercicio y medicación) existe la posibilidad de aplicarles la denervación renal, un tratamiento que consigue mejorar, con una intervención mínimamente invasiva, la presión arterial y que no llevará más de una década en marcha".