No podemos negarlo ni mucho menos obviarlo: nuestros niños y niñas han nacido con la tecnología bajo el brazo, con los móviles, con Internet y con las redes sociales siendo imprescindibles en nuestro día a día. Es como muchos de nosotros, que ya nacimos con una radio encendida bajo la cuna o con una televisión que sintonizaba dos canales y una carta de ajuste. Por ello, lo importante es enseñarles y educarles a hacer un buen uso: un uso responsable y sin riesgos; sobre todo, sin riesgos para su salud mental.
Esta misma semana, una investigación del periódico 'The Wall Street Journal' publicaba cómo Facebook había ocultado documentos que revelaban que Instagram causaba problemas de salud mental en muchos adolescentes. Uno de los datos: el 32% de las adolescentes que tenían problemas con su cuerpo, se sentían aún peor cuando entraba en Instagram. Una razón más para prevenir antes que curar. Pero sabemos que a veces, las cosas en educación no son nada fáciles, más cuando se trata de los hijos, y cada madre y cada padre lo hace lo mejor que puede.
La clave está en "educar y acompañar desde el inicio, sabiendo transmitir los riesgos de las redes y poniendo los límites oportunos a cada edad. Hablar mucho sobre contenidos, saber qué páginas frecuentan nuestros hijos/as, detectar el abuso... Es muy importante que conozcan qué es la reputación digital", afirma a laSexta la doctora Reyes Mazas, pediatra de atención primaria y coordinadora del grupo de trabajo de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
Porque al igual que "para que nuestro hijo o hija tenga una salud física conviene que conozca cómo alimentarse de una forma sana y que haga ejercicio regular, en el uso de las pantallas también necesita aprender una serie de habilidades y conocimientos con respecto a cómo usar cada aparato, qué le conviene y qué no le conviene y cuándo el uso es excesivo", añade por su parte Sonia Cuenca, psicóloga del Instituto Centta de Madrid.
No olvidemos que los pequeños cada vez empiezan antes en este mundo de Internet. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), del año 2020, "el 69,5% de la población de 10 a 15 años dispone de teléfono móvil (un 66,0% en 2019)". Por edad, "el uso de TIC crece a medida que aumentan los años de los menores, sobre todo a partir de los 13". En 2018, el 25% de niños con 10 años ya tiene smartphone, y en la adolescencia, casi un 94%.
¿Cómo y cuándo empezar con las pantallas?
La Asociación Americana de Pediatría (APP) recomienda no usar pantallas antes de los 2 años de edad. Es decir, que no vean la televisión, ni usen tabletas ni móvil ni otros dispositivos hasta que no tengan 2 años, ya que "según la APP no es recomendable para el desarrollo temprano del cerebro de los menores", sostiene Cuenca. De hecho, "muchos pediatras y neuropsicólogos aseguran que es muy recomendable que los niños pasen los primeros 6 años de su vida sin tecnología para así desarrollar su imaginación. El juego libre es lo óptimo y el niño tiene que tener la posibilidad de aburrirse para crear".
Así, otras corrientes educativas o profesionales como Betzabé Lillo Orellana, cofundadora y directora académica de Montessori Canela Internacional (OMCI) recomiendan no usar pantallas hasta los 6 años: "Antes de esta edad, sus capacidades cognitivas están en pleno desarrollo y es importante que lo hagan con inputs 'naturales'. Se encuentran en una fase de pensamiento concreto y descubren el mundo desde un espacio de exploración sensorial", expone esta profesional.
No obstante, es importante aclarar, asegura la doctora Mazas, dos conceptos diferentes: por un lado el tiempo de pantalla, y por otro el uso de internet. Con respecto al tiempo de pantalla, explica, "los pediatras recomendamos que el tiempo de pantalla diario no supere las 2 horas en mayores de 12 años. Por su parte, en los niños entre 5 y 12 años recomendamos que no superen los 60 minutos seguidos; y que los menores entre 2 y 5 años no superen los 30 minutos seguidos, como indican las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo tanto, no se aconseja el uso de dispositivos electrónicos a edades tempranas (sobre todo por debajo de los 2 años)".
No se aconseja el uso de dispositivos electrónicos a edades tempranas, sobre todo por debajo de los 2 años
"Un tiempo excesivo delante de las pantallas repercute directamente en la salud de nuestros hijos/as y suele tener como consecuencia el sedentarismo y las alteraciones en las rutinas de sueño, que favorecen la obesidad, y por otro lado las alteraciones en la agudeza visual y la salud mental", enumera la pediatra.
A nivel emocional, añade que "numerosos estudios relacionan un exceso de exposición a las pantallas con problemas de autocontrol, déficit de atención y depresión infantil. Desde las asociaciones de pediatría llevamos años mandando mensajes como que 'el móvil no puede ser una niñera, un anestésico ni un chupete emocional'. Los niños deben aprender a calmarse, identificar sus emociones y aprender a manejarlas".
El otro concepto es el uso de Internet y sus riesgos. "El acceso a contenidos inapropiados para cada edad, la revelación de información o el ciberacoso son los riesgos más comunes", sostiene la doctora. Por lo que es importante en este caso, hacer una buena educación desde el inicio, desde que los niños son pequeños: una educación adaptada a cada edad y cada etapa. "La prevención es lo que mejor suele funcionar. Una vez que el hábito está instaurado es muy difícil cambiarlo, sobre todo en los adolescentes más mayores", afirma la pediatra.
5 consejos para educar a nuestros hijos en Internet
Es una pregunta que seguramente muchas familias se hagan: ¿qué puedo hacer para educar a mis hijos/as en Internet? ¿Prohibir, vigilar, acompañar? Probablemente nunca hagamos lo suficiente o todo lo bien que queremos, pero seguramente estos consejos pueden servirnos de ayuda.
"La clave está sobre todo, en el uso de aplicaciones de control parental, la presencia de los padres guiando a sus hijosen contenidos adecuados para cada tramo de edad, y por último, ir dándoles poco a poco autonomía", sostiene Mazas.
1. Tener como adultos, competencias digitales
Una de las claves más importantes es formarnos nosotros, los adultos, en competencias digitales. Como expone Cuenca, debemos saber que "el uso de las nuevas tecnologías, especialmente del móvil, es una de las principales causas de conflicto entre padres e hijos, niños y adolescentes. Somos los adultos, los padres, los profesionales, los que tenemos la obligación de enseñarles a nuestros hijos el buen y el mal uso de las pantallas digitales y de la tecnología en general. En definitiva, tener unas buenas competencias digitales".
Es importante que padres, madres y adultos tengamos unas buenas competencias digitales para poder educarles
Es importante saber, añade la experta, que "existen muy buenos sistemas de control parental en el mercado actualmente, pero quien mejor puede controlar el uso de la pantalla es tu propio hijo. Ese es el mejor control: su autocontrol. Los adultos somos nosotros y tenemos que enseñarles y ayudarles a usar las pantallas de una manera sana y que les aporte sabiduría y mejore su cultura. Por ello, es clave que sepamos usarlas".
2. No prohibir, mejor establecer acuerdos
Como en todo, a los niños, desde pequeños, también en la tecnología "hay que darles las herramientas y la educación para aprender a manejarse, enseñarles qué han de hacer, cómo actuar de la forma más segura posible, cómo reaccionar si alguien los insulta en las redes sociales, pero no puedes estar vigilándolos todo el tiempo porque esa estrategia no va a hacer que no les insulten. Mejor, menos restricción y más concienciación", opina la psicóloga Cuenca. Eso sí, "es importante que existan unas normas de uso, pero se consigue más pactando que prohibiendo", asegura.
La clave es consensuar y llegar a un contrato con nuestros hijos: "Establecer con ellos un contrato, un pacto de uso, límites horarios y contenido adecuado a cada edad son los pilares más importantes de una navegación segura", añade Mazas.
Y para llegar a buenos acuerdos es fundamental, sostiene Cuenca, tener en cuenta tres cosas: una buena comunicación asertiva entre padres e hijos; una clara motivación de los hijos para tener un uso saludable de los dispositivos electrónicos y por último, dar nosotros ejemplo.
3. Enseñarles lo que pueden hacer en Internet
"Es importante explicar con conceptos comprensibles para ellos y considerando la etapa en la que se encuentran, qué es internet y qué cosas se pueden encontrar", sostiene por su parte Lillo Orellana. "Se trata de introducir el ordenador (u otros dispositivos) y el acceso a internet como una herramienta más en el entorno familiar, no como un elemento que reemplaza al adulto", añade esta experta.
De hecho es importante que dispositivos conectados a Internet, "se usen en zonas comunes de la casa, de esta manera podemos vigilar su uso, asegurarnos de que sea correcto y de que no interfiere con el descanso nocturno, por lo que hay que evitar que haya dispositivos electrónicos en su habitación. Nuestro objetivo será la conexión segura y de calidad", añade Mazas.
Así podemos acompañarlos y enseñarlos contenidos de utilidad en internet: plataformas de educación, páginas donde podrán buscar cosas que les gusten, etc. Se trata de ir descubriendo con ellos, y enseñarlos las ventajas que conlleva Internet y cómo pueden navegar de forma segura.
4. Explicarles los riesgos de Internet
Es clave que nosotros como adultos, les contemos a nuestros hijos qué riesgo puede haber en Internet, Mejor, si lo saben por nosotros. Sin embargo, una encuesta publicada recientemente por el OMCI refleja que el 78% de los padres y madres no tienen información para proteger a sus hijos de los peligros de Internet. "Los niños oirán fuera de casa lo que pueden encontrar allí, y si hemos obviado esa información, entenderán que deben esconderse", explica Lillo Orellana.
Un 78% de los padres y madres no tienen información para proteger a sus hijos de los peligros de Internet
Esconder la información, explica, "por un lado, generará un agujero de confianza en la relación con nuestros hijos, y por otro, el niño/a no sabrá a quién dirigirse cuando encuentre algo que le genere dudas. Y es esto exactamente lo que queremos evitar". Por ejemplo -indica Lillo Orellana- "transmitir sobre la existencia de pornografía en internet es necesario, pero también lo es explicar que lo que va a encontrar poco tiene que ver con las relaciones sexo-afectivas reales".
Por lo que "no se trataría solo de de avisar de cierto contenido (violencia, pornografía, insultos, etc.), sino educar a nuestros hijos en un espíritu crítico para que entiendan que no todo lo que van a encontrar en internet es necesariamente bueno o verdad", señala la experta. Es importante también que los pequeños sepan que pueden preguntarnos cualquier cosa.
Cuando son más mayores y se inician en las redes sociales, "deberemos fomentar conductas responsables, incluso crear un perfil con ellos cuando llegue el momento o configurar la privacidad para ayudar a tomar decisiones correctas", añade por su parte la doctora Mazas. Es muy importante que "se conozcan términos como 'reputación digital' y su repercusión futura, y hablar de forma natural de los contenidos que siguen o de los artículos o fotos que comparten, es parte de nuestra vida y así será más fácil detectar posibles problemas. Por supuesto, si se detecta cualquier problema tenemos que actuar, contactando con los administradores o denunciando contenidos ofensivos o posibles delitos", indica esta profesional.
5. Acompañarlos desde el inicio
Lo importante es por tanto, como afirma la doctora Mazas "educar y acompañar desde el inicio, sabiendo transmitir los riesgos de las redes y poniendo los límites oportunos a cada edad. Hablar mucho sobre contenidos, saber qué páginas frecuentan nuestros hijos y poner límites en el uso".
No debemos olvidar que nuestra presencia, nuestros consejos y nuestro ejemplo serán la clave para un buen uso de las pantallas, internet y redes sociales. "Si nuestros hijos nos ven sentados en el sofá horas y horas con el móvil en la mano, si ven que subimos a la red contenidos inapropiados o que incluso compartimos fotos de menores de edad, lo normalizarán y actuarán de forma parecida", señala.
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Y además, siempre es y será un buen momento para educar: "Las pantallas forman parte de nuestra vida, y aunque nuestros hijos son nativos digitales, no nacen sabiéndolo todo", concluye la doctora.