Llega junio y entramos de lleno en el verano meteorológico. Aunque la época del año en la que sabemos de sobra que abundan los virus y los catarros es el invierno, las altas temperaturas también afectan a nuestras defensas, el calor no nos deja dormir y los aires acondicionados -mal utilizados- repercuten también en nuestra salud. Por eso, es importante seguir cuidando nuestra alimentación y recurrir a los productos de temporada.

Y es que, como recuerda el Ministerio de Consumo, las frutas típicas de esta época contienen más vitamina A y mucha más agua para proteger la piel frente al sol y aportar un extra de hidratación, mientras que las verduras más veraniegas, que empiezan a llegar ahora a los mercados, son más nutritivas y jugosas.

Su mejor sabor, color y aroma incita a consumir las cantidades recomendadas"

Andrea Calderón, nutricionista

Es cierto que hoy en día podemos encontrar en nuestros supermercados casi cualquier producto en casi cualquier momento del año, pero comprar alimentos de temporada tiene muchas ventajas, para empezar, "que la calidad nutricional óptima de cada alimento es en su época correspondiente", cuenta la nutricionista Leticia Garnica, del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid.

Las verduras y frutas de temporada están en su momento óptimo de consumo, "van a tener mejor aroma, color y sabor", en definitiva, un aspecto más apetecible que puede animarnos a consumir las piezas diarias recomendadas de frutas y verduras.

Así lo explica también Andrea Calderón, nutricionista de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación y profesora de la Universidad Europea de Madrid, quien recuerda a laSexta cuáles son las cantidades que se recomiendan: una ración de verdura u hortaliza en cada comida y otra en cada cena (al menos la mitad del plato si no es como plato principal), y dos o tres frutas repartidas a lo largo del día (siendo óptimo cualquier momento para consumirlas).

Como indica Calderón, el hecho de consumir siempre fruta y verdura de temporada va a aportar una mayor variedad a la dieta y además cada producto va a tener "nutrientes vitaminas, minerales, antioxidantes o compuestos bioactivos diferentes", lo que harán que nuestra alimentación sea más equilibrada.

Y es que, como nos cuenta la experta, la mayoría de los antioxidantes de las frutas y verduras se deben a su color y cada uno aporta beneficios diferentes. Por ejemplo, el color rojo viene del licopeno (que encontraremos en tomates o sandías); el naranja betacarotenos (de la naranja o la zanahoria); o el color morado o azul de las antocianinas (que encontramos en las moras o la lombarda). "Entonces, si siempre comemos de temporada vamos a comer una mayor variedad de antioxidantes a lo largo de todo el año", explica Calderón.

No obstante, concreta que los productos de temporada no es que sean mejor para nuestra salud que otro alimento que no sea propio de esta época del año, ya que siempre van a tener "un aporte nutricional muy similar sea o no de temporada y venga de donde venga".

Además, como en verano hace más calor tenemos tendencia a comer alimentos nutritivos, pero también más frescos y ligeros. Cambiamos los platos calientes y guisos por más alimentos crudos y sopas frías. Y esto nos aporta a nuestra dieta muchas vitaminas y minerales antioxidantes que con las altas temperaturas de los platos de invierno se destruyen.

¿Cambian nuestras necesidades de alimentación en verano?

Durante las épocas de calor necesitamos un plus hídrico, y para ello la verdura y la hortaliza son grandes aliados, porque aportan entre un 85 y 95% de agua en cada ración. Estos alimentos, cuenta Calderón, nos ayudarán a hidratarnos sin darnos cuenta, siempre como complemento al agua que debemos beber.

Además, como sudamos más y estamos más expuestos a la luz del sol, sobre todo en época de vacaciones, perdemos más sales minerales. De nuevo, la fruta y la verdura nos ayudan a cubrir es plus.

Las recomendaciones para llenar tu cesta de la compra estos meses

Desde el Ministerio de Consumo, como acostumbran a hacer cada mes, han publicado las recomendaciones de los productos idóneos para este mes de junio. Para las verduras, nos animan a llenar nuestra cesta de la compra con judías verdes, alcachofa, acelga, apio, guisante, lechuga, pimiento, ajo, remolacha, calabacín, pepino, cebolla, haba, zanahoria, endibia y rábano.

En cuanto a las frutas, os recomiendan comer ciruelas, cerezas, albaricoques, melocotón, limón, fresón, plátano, arándano, frambuesa, níspero, nectarina, pera, tomate, mora, piña, breva. A estas se irán sumando en los próximos meses otras frutas de temporada como el melón, la sandía, las cerezas y picotas, la granada, la paraguaya y el mango.

Más sostenible y económico

Consumir frutas y verduras de temporada no solo es bueno para nuestra salud, también lo es para el medioambiente porque fomenta un consumo mucho más sostenible. En este contexto, Calderón aclara que la etiqueta "ecológico" no significa que la fruta o verdura sea de temporada. Tampoco que tenga más nutrientes, ni que sea de mejor calidad, ni que sea local, ni que implique un menor impacto medioambiental: "solo garantiza que cumple con el listado de productos que se pueden utilizar en la agricultura ecológica".

Cuando realmente compramos producto de temporada, compramos producto fresco y promovemos la economía y productores locales, lo que implica un menor impacto medioambiental.

De hecho, la huella de carbono de estos alimentos va a reducirse porque se generarán menos emisiones durante el transporte y el mantenimiento y conservación de estas frutas y verduras. Por el contrario, "al forzar la producción de alimentos que no son aptos para las condiciones climáticas del momento, se utilizan fertilizantes que dañan considerablemente el ecosistema".

En definitiva, en palabras de Garnica, "elegir fruta y verdura de temporada es luchar por un mundo más saludable, económico, sostenible y sin desperdicios".