Las palabras clave son "grasas-saturadas". Es lo que lo compone en un 50% y lo que, según Mª de los Ángeles López, Nutricionista del Centro Médico Rusiñol, "va a originar placas ateromas, cierre y obstrucción de arterias y aumenta el riesgo de infarto y problemas cardiovasculares". Se trata de cantidades de ingesta diaria de alimentos que lo contienen porque ¿quién no desayuna bollería, toma algún aperitivo frito a media tarde y por la noche, cansado, mete una pizza congelada en el horno?

Algunos se preguntarán: si es tan malo, ¿por qué está tan presente? La respuesta es sencilla: porque es barato y aporta un sabor y una fusión excelente. Si se le pregunta a la Alianza Europea del Aceite de Palma contestan algo como que "porque no está prohibido". Horacio González, Asesor European Palm Oil Alliance, asegura que "ni la OMS, ni la FAO, ni la UE, ni la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, incluso ni la española, ni ninguna otra europea han prohibido el aceite de palma".

A la pregunta de si es recomendable para los niños, Horacio González insiste con que "actualmente la legislación dice que no tiene ningún problema desde el punto de vista de salud ni de seguridad alimentaria". Tampoco se puede decir que el aceite de palma sea ecológico. Su cultivo está acabando con especies como el tigre de Sumatra o el orangután. Además causa la deforestación de países como Malasia o Indonesia.

"No se puede seguir expandiendo el aceite de palma a costa de la selva tropical, que está en una situación de riesgo", dice Miguel Ángel Soto, miembro de GreenPeace. Y sólo es el principio porque la deforestación se está trasladando a otros países productores.