Elizabeth les contó hace un año a sus padres que era una niña transexual. Rubén Martín, su padre, asegura que aceptaron muy bien el cambio. "Hoy en día es una niña que sale, que tiene amigos, que tiene amigas... es que veo disfrutar a mi hija y eso no tiene precio. Ojalá nos lo hubiese dicho antes", afirma.

La niña prepara la maleta para ir por primera vez a un campamento con niños y niñas transexuales, como ella, y está expectante. "Nunca he ido a un campamento, pero supongo que me llama la atención porque es una especie de espacio seguro para personas trans, ya que están libres de todo el acoso y discriminación que podrían sufrir en cualquier otro campamento", argumenta Elizabeth. La Fundación Daniela ha puesto en marcha esta iniciativa pionera en España para niños y niñas trans de entre 8 y 18 años de todo el país.

El director, Isidro García, gerente de la Fundación Daniela, asegura que es un campamento con actividades típicas de unas colonias. "Es un campamento como otro cualquiera, donde los niños se van a dedicar a hacer camisetas, a hacer gymkanas, a tirolinas, la piscina.... pero en un espacio seguro donde sepan que nadie les va a discriminar y sobre todo donde poder encontrarse con iguales donde poder intercambiar opiniones y saber que lo que les pasa no es nada raro", afirma.

En el campamento también estarán los monitores que son hombres y mujeres trans y que serán durante una semana, su referente. Una de ellas es Ángela Merino, que explica cómo ven ellos mismos la transexualidad. "No llega una edad adulta en la que de repente aparecemos. Venimos con ello, nacemos sabiendo que somos de un género u otro", dice Ángela. Aunque ellos lo tienen claro, la transexualidad sigue apareciendo en los manuales psiquiátricos como una enfermedad mental.