Lleva cuatro décadas siendo la bebida preferida del botellón. Incluso se ha dejado ver por la alta cocina. Todo el mundo sabe lo que es el calimocho: vino y refresco de cola. No hay más misterio, aunque muy pocos conocen su origen. El calimocho nació en una casa de Algorta, en Getxo. "Hace 45 años, un 12 de agosto, una cuadrilla de chavales en las fiestas del Puerto Viejo inventó el calimocho", explica Nacho Ugarte, codirector del Museo del Calimocho.

El vino que tenían para servir en fiestas estaba en mal estado. Dos de ellos tuvieron la idea de mezclarlo para intentar arreglar el desastre y dieron con la tecla. "A uno le llamábamos 'Motxongo' y a otro 'Kalimero'. De la unión de esos dos nombres pusimos el nombre de 'calimocho'", cuenta Agustín Martínez, uno de los creadores de la bebida.

Hoy, esa casa, que data de 1612, está en muy mal estado y dos vecinos del pueblo la han comprado para ponerla en valor. "Es una casa que tiene más de 400 años y las vigas llevan allí desde su construcción. Lo que queremos es recuperar eso y que el Puerto Viejo siga teniendo la entrada, porque esta es la entrada que preside Puerto Viejo", precisa Ugarte.

La parte de abajo que es la que siempre se ha utilizado para uso público, es la que se va a recuperar para crear un museo del Calimocho. La de arriba también se va a restaurar, aunque con otros fines. "La parte de arriba es la que va a rentabilizar, o va a permitir hacer los dos proyectos, son dos apartamentos turísticos", Iñaki de la Torre, codirector del Museo del Calimocho. Su idea es que para 2019, 'Etxetxu', que así se llama la casa, vuelva a lucir como si fuese el primer día.